El caballo volador de Valentina

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El caballo volador de Valentina
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El caballo volador de Valentina. Valentina era una niña de siete años que vivía en un pequeño pueblo en las afueras de la ciudad. La pequeña era muy curiosa y siempre estaba buscando aventuras. Un día, mientras paseaba por el bosque cercano a su casa, se encontró con un caballo muy especial.

El caballo era de un color blanco radiante y tenía unas hermosas alas que parecían de ángel. Valentina estaba asombrada por lo que veía y decidió acercarse lentamente al animal para no asustarlo. Cuando el caballo la vio, le hizo una reverencia como si la estuviera saludando.

Valentina, sorprendida por la situación, preguntó al caballo su nombre y él le respondió que se llamaba Viento Blanco. La niña y el caballo pronto se hicieron amigos y comenzaron a jugar juntos en el bosque.

Un día, mientras estaban jugando, Viento Blanco le contó a Valentina que podía volar y que él era el único de su especie que podía hacerlo. La niña no podía creer lo que escuchaba y le preguntó al caballo si podía llevarla a dar un paseo en el aire.

Viento Blanco, sin dudarlo ni un segundo, le respondió que sí y le dijo que se montara en su lomo. Valentina estaba muy emocionada y nerviosa al mismo tiempo. El caballo comenzó a extender sus alas y con un movimiento sutil del viento, emprendió el vuelo.

La niña estaba feliz, pues nunca antes había sentido algo así. Volaban alto y podían ver todo el paisaje desde arriba. Era como si estuvieran viendo el mundo desde un ángulo distinto. Valentina no quería que esto terminara nunca.

Pero de repente, un fuerte viento se hizo presente y comenzó a golpear las alas del caballo. Viento Blanco empezó a tambalearse y no podía mantener el ritmo del vuelo. Valentina comenzó a sentir miedo y le preguntó al caballo qué estaba sucediendo.

El caballo, un poco asustado, le respondió que el viento lo estaba alterando y que no podía mantener el control. La niña no sabía qué hacer, pues la situación era muy peligrosa. Fue entonces cuando Viento Blanco le propuso algo muy arriesgado.

-Valentina, necesito que hagas algo por mí.- Le dijo el caballo con voz temblorosa.

-Déjame ayudarte, Viento Blanco, lo que sea.- Respondió Valentina, tratando de mantener la calma.

-Tienes que saltar, Valentina. Si no lo haces, no podré mantener el vuelo y caeremos al suelo.-

La niña estaba aterrorizada, pero sabía que no había otra opción. Con lágrimas en los ojos, se despidió de su amigo y saltó al vacío.

Valentina cayó y quedó inconsciente por un momento. Cuando despertó, se encontraba en su casa, en su cama. No entendía lo que había sucedido, pero supo que su vida había cambiado.

Pasaron los días y Valentina no volvió al bosque. Se sentía triste y sola, pues no sabía qué había pasado con Viento Blanco. Un día, mientras estaba sentada en un jardín cercano a su casa, un fuerte viento empezó a soplar. Valentina cerró los ojos por un momento y se sintió como si estuviera volando de nuevo.

Cuando abrió los ojos, vio a Viento Blanco a su lado. El caballo la saludó con una reverencia y le dijo que estaba bien y que siempre la cuidaría. Valentina estaba feliz y emocionada, pues nunca había sentido una amistad tan fuerte como la que tenía con Viento Blanco.

Los días pasaron y la niña y el caballo se convirtieron en inseparables amigos. Viento Blanco llevaba a Valentina a volar por el bosque y juntos descubrían cosas maravillosas. La niña había encontrado un tesoro especial en Viento Blanco y no podía estar más feliz.

A pesar de todo lo que había sucedido, Valentina sabía que lo importante era la amistad y el amor incondicional que existía entre ella y Viento Blanco. Juntos, volaban libres y felices, sin importar lo que el viento les trajera.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
El caballo volador de Valentina
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