La leyenda del caballo de nieve. Había una vez un pequeño y valiente pueblo que vivía a las afueras de un vasto bosque. En el invierno, la nieve lo cubría todo, transformando el paisaje en un manto blanco y frío. Los habitantes del pueblo estaban acostumbrados a las nevadas y se preparaban para ellas cada año, construyendo refugios y almacenando alimentos.
Pero un invierno, llegó una fuerza de la naturaleza que nadie había visto antes. Una tormenta de nieve tan intensa que el pueblo quedó completamente aislado del mundo exterior. Los habitantes se refugiaron en sus hogares, intentando aguantar el frío y la falta de alimentos.
Pero un día, un misterioso caballo blanco apareció en el borde del bosque. Era un caballo grande y fuerte, con una crin dorada y ojos tan azules como el hielo. Los habitantes del pueblo se sorprendieron al ver al animal corriendo por la llanura nevada, sin parecer importarle el frío.
Pero lo más sorprendente era que el caballo dejaba tras de sí un sendero en la nieve que no se borraba nunca. Era como si el animal estuviera esculpiendo su camino en la nieve, y el sendero que dejaba era lo único que permitía a los habitantes del pueblo moverse por la nieve sin perderse.
Los habitantes del pueblo comenzaron a llamarlo el caballo de nieve. Algunos creían que era un ser mágico enviado para ayudarles en su momento de necesidad, mientras que otros creían que era una deidad del bosque que había decidido proteger su hogar.
Cada día, el caballo de nieve aparecía en el borde del bosque y corría por la llanura nevada, dejando tras de sí su sendero de nieve. Y cada día, los habitantes del pueblo lo seguían, agradecidos por su ayuda.
Pero un día, el caballo de nieve no apareció. Los habitantes del pueblo salieron a buscarlo, preocupados por su ausencia. Finalmente, lo encontraron tendido en la nieve, inconsciente y cubierto de nieve.
Los habitantes del pueblo lo llevaron de vuelta a sus hogares y lo cuidaron durante días, pero el caballo de nieve no se recuperó. Finalmente, falleció, dejando un vacío en el corazón de todos los habitantes del pueblo.
Pero el misterio del caballo de nieve no acabó ahí. Pocos días después de su muerte, los habitantes del pueblo se dieron cuenta de que su sendero de nieve seguía allí. Aunque el caballo ya no estaba, el sendero que había creado seguía ahí, como un recordatorio de su paso por sus vidas.
Con el tiempo, el sendero del caballo de nieve se convirtió en una leyenda del pueblo. Los viajeros que llegaban al pueblo seguían el sendero, que los conducía hasta sus hogares, como si el caballo de nieve siguiera protegiendo el pueblo desde más allá del mundo.
Y aunque nadie volvió a ver al caballo de nieve, los habitantes del pueblo siempre recordarían la ayuda y la protección que les había brindado. El sendero de nieve que había dejado tras de sí seguiría ahí, como un testimonio de su nobleza y su valentía. Y aunque el tiempo pudiera pasar y las cosas pudieran cambiar, siempre habría una leyenda en el corazón de todos ellos: la leyenda del caballo de nieve.