El Gatito y el Náufrago. Érase una vez un gatito callejero llamado Mito que vivía en una pequeña aldea junto al mar. Un día, mientras exploraba la costa, se encontró con un náufrago que había perdido su barco en una tormenta. El hombre estaba desesperado y no sabía cómo llegar a casa. Viendo que el náufrago necesitaba ayuda, Mito decidió ayudarlo.
El gatito comenzó a caminar por el camino de la costa, guiando al náufrago hacia su hogar. La caminata duró horas, pero el gatito no se rindió y el náufrago lo siguió fielmente. Finalmente, llegaron a una pequeña aldea, donde los aldeanos los recibieron y los ayudaron a reponerse.
El náufrago estaba muy agradecido con Mito y le prometió encontrarle un hogar acogedor. Un día, mientras caminaban por el puerto, el náufrago vio a un anciano que estaba buscando un gato para mantener a raya a los ratones en su granja. El hombre se sintió atraído por el hermoso pelaje del gatito y decidió adoptarlo.
Mito se adaptó rápidamente a su nuevo hogar y le encantaba perseguir a los ratones por la granja. El anciano cuidaba bien del gato y lo apreciaba mucho. Cada vez que el náufrago visitaba la granja, se aseguraba de que Mito fuera feliz y sano.
Un día, el náufrago recibió una sorprendente noticia: se había encontrado su barco a la deriva en el océano. Rápidamente comenzó a prepararse para regresar a casa, pero se dio cuenta de que extrañaría mucho a Mito. El hombre sabía que no podía llevarse al gato con él, ya que Mito había encontrado su hogar perfecto en la granja.
El náufrago decidió escribir una carta al anciano para agradecerle por acoger a Mito y cuidar de él. También prometió visitar a Mito cada vez que pudiera y le dijo al anciano que estaba más que bienvenido en su hogar si alguna vez quería visitarle.
Mito también recibió un mensaje especial del náufrago. En la carta, el hombre le habló de su amor por él y le prometió que siempre pensaría en él como su ayudante fiel y querido amigo. Mito se sintió muy feliz y emocionado por el amor del náufrago y por encontrar un hogar amoroso en la granja.
El tiempo pasó y el anciano y Mito vivieron muchos años felices juntos. Mito siempre recordó al náufrago con cariño y cada vez que veía un barco en el puerto, recordaba la aventura que vivió al lado de su mejor amigo. El gato amaba su hogar, perseguir a los ratones y dormir al sol, pero siempre pensaba en el náufrago y en su historia de aventuras juntos.
Finalmente, en un día soleado, el anciano encontró a Mito dormido en su cama, rodeado de ratones que acababa de atrapar. El anciano supo que no podía evitar la muerte de su querido amigo, pero sabía que había tenido una buena vida en la que había sido muy feliz.
El anciano enterró al gato en su jardín, junto a una hermosa rosa roja. Cada vez que miraba hacia ese lugar, recordaba el amor y la amistad de Mito y el náufrago.
Desde entonces, en la pequeña aldea junto al mar, cuenta la leyenda que una rosa roja crece en el jardín del anciano en honor a Mito, el gatito que ayudó al náufrago a encontrar su camino a casa en una noche tormentosa.