El Gatito y el Guerrero del Arcoíris. Érase una vez un gatito llamado Tito que vivía en un pequeño pueblo del bosque. Tito era un gato callejero pero muy inteligente y astuto. Un día, mientras buscaba comida por los alrededores del pueblo, vio algo que llamó su atención: un arcoíris. No era un arcoíris común y corriente, era un arcoíris que estaba en el suelo y parecía tener vida propia.
Tito se acercó al arcoíris con mucha curiosidad y vio que de repente una figura saltó del arcoíris y se acercó a él. Era un guerrero que llevaba un escudo y una espada. El guerrero le explicó a Tito que era el guardián del arcoíris y que venía del reino mágico de la imaginación.
El guerrero le explicó que su tarea era proteger el arcoíris del malvado encantador de la creatividad, que quería robar todos los colores para su colección privada. Pero había un problema. El guerrero había sido hechizado y no podía luchar solo contra el encantador. Necesitaba la ayuda de un compañero fuerte y decidido.
Al principio, Tito no creyó que un gato como él pudiera ayudar al guerrero, pero el guerrero le aseguró que no importaba el tamaño o la fuerza, sino el corazón y la valentía. Y Tito, con un gran corazón y mucha valentía, aceptó la misión y se unió al guerrero para proteger el arcoíris.
Los dos, Tito y el guerrero, empezaron su búsqueda del encantador de la creatividad, y recorrieron muchos lugares antes de encontrarlo. El encantador era un hombre de aspecto malvado que vivía en un castillo rodeado de un foso lleno de cocodrilos.
Tito y el guerrero lograron llegar al castillo pero para su sorpresa, no solo había un foso de cocodrilos, sino también una gran serpiente y muchas trampas. Con mucho trabajo y astucia, Tito y el guerrero lograron pasar todas las trampas y llegar a la habitación donde estaba el encantador de la creatividad.
El encantador de la creatividad no se impresionó cuando los vio, pero Tito y el guerrero tenían un plan. Entonces se pusieron a trabajar juntos para distraerlo. Tito se escondió detrás de una cortina mientras el guerrero hablaba con el encantador. Pero el encantador no se dejaba distraer. Así que Tito tuvo que improvisar un plan B.
Entonces Tito se puso a correr por la habitación, y el encantador se enfureció al ver al gato trepando por los libros y tirando las cosas. En ese momento, el guerrero sacó su espada y la clavó en el corazón del encantador, que cayó al suelo muerto.
Tito y el guerrero se dieron cuenta de que habían ganado, y que el arcoíris estaba a salvo. Pero también se dieron cuenta de que ahora había una vacante para ser el nuevo guardián del arcoíris.
Tito quería ser el nuevo guardián, pero no sabía cómo. Entonces, el guerrero le explicó que solo tenía que cerrar los ojos y pedir un deseo, y que el deseo se haría realidad. Tito cerró los ojos y pidió ser el nuevo guardián del arcoíris. Cuando abrió los ojos, el guerrero había desaparecido, y en su lugar había una espada y un escudo, que indicaban que ahora Tito era el nuevo guardián del arcoíris.
Desde ese día, Tito se convirtió en el guardián del arcoíris, y desde entonces ha protegido a los colores del malvado encantador de la creatividad. Cada vez que alguien necesita un poco de inspiración, solo tiene que cerrar los ojos y pedir un deseo al arcoíris. Y si lo hacen con sinceridad, la magia del arcoíris se hará realidad. Y eso es gracias a nuestro héroe, el gatito valiente Tito, el guardián del arcoíris.