El Gato y la Magia del Circo. Érase una vez un gato llamado Siam que vivía en una pequeña aldea. Siam era muy curioso y siempre estaba buscando aventuras. Un día, mientras paseaba por el bosque, vio un cartel que decía: «¡Ven al circo! ¡Magia y diversión para todos!».
Siam nunca había visto un circo antes, pero había oído hablar de las maravillas que habían allí. Después de pensarlo un poco, decidió ir a verlo. Cuando llegó al circo, se encontró con un gran cartel que anunciaba el show: «¡El Gran Espectáculo de la Magia!».
Siam se emocionó mucho y entró al circo. Como era un gato muy inteligente, buscó un lugar para sentarse donde pudiera ver el espectáculo desde arriba. Mientras se acomodaba, un hombre empezó a hablar en el escenario.
«¡Bienvenidos al gran espectáculo de la magia! Hoy verán los trucos más sorprendentes de todo el mundo. Desde la magia de las cartas hasta la levitación, y todo lo que está en el medio. ¡Prepárense para ser cautivados por la magia!»
Siam estaba muy emocionado y todos sus sentidos estaban alertas. Durante todo el espectáculo, vio cómo los magos hacían desaparecer y reaparecer a las personas, levitaban objetos y hacían que el público se asombrara. Pero lo que más impresionó a Siam fue el ilusionista principal, que hacía trucos tan increíbles que parecía que la magia fuera real.
Cuando terminó el espectáculo, Siam estaba tan emocionado que no podía dejar de pensar en cómo hacer magia él mismo. Fue entonces que recordó una de las cartas que vio en el espectáculo, que tenía un libro de magia. Siam decidió que quería ese libro, aunque no sabía cómo conseguirlo.
El gato pensó en cómo hacer para llevarse el libro de magia. Decidió que tenía que disfrazarse de mago. Así que pidió un sombrero negro, una capa roja y un bastón. Mientras buscaba estos objetos, vio a un ratón que lo veía y se reía de él. Siam le pidió que lo ayudara a conseguir lo que necesitaba y, para su sorpresa, el ratón accedió.
Con su nuevo traje de mago, Siam entró a la tienda de magia donde estaba el libro que tanto deseaba. El vendedor lo miró con una sonrisa y le preguntó si necesitaba ayuda. Siam se acercó al libro y lo comenzó a hojear. Pero, de repente, el libro lo atrapó con sus páginas y lo hizo desaparecer.
Siam se despertó en un lugar desconocido y vio que estaba en medio de un circo. A su lado estaban los magos del espectáculo que había visto minutos antes. Pero, para sorpresa de Siam, los magos no eran personas, eran animales como él. Había un conejo que hacía desaparecer a los objetos, una serpiente que salía de una cesta, un pez que se convertía en palomas, entre otros.
Los otros animales lo invitaron a participar y a mostrar sus habilidades. Siam no entendía por qué él había sido traído al circo, pero sabía que tenía que hacer algo para impresionar a los otros animales. Tomó su traje de mago y se paró sobre el escenario.
De repente, frente a los ojos de los otros animales, el traje de Siam se iluminó y comenzó a flotar en el aire. Siam desapareció dentro del traje y, de repente, apareció de nuevo, pero esta vez en el centro del escenario. En sus manos tenía el libro de magia que había deseado.
El público (un grupo de pájaros, ratones y otros animales) comenzó a aplaudir y gritar de emoción. Siam no podía creerlo: había logrado hacer magia de verdad y había impresionado a toda la audiencia.
Al final, Siam se dio cuenta de que la magia no solo estaba en los libros o en las manos de los magos. La verdadera magia estaba dentro de él, y solo tenía que buscarla para encontrarla. Después de ese espectáculo, Siam se convirtió en una leyenda del circo y del bosque donde vivía. Todos hablaban de él y de su increíble habilidad para hacer desaparecer y aparecer cosas.
Y así fue como el gato Siam descubrió la magia del circo y aprendió que en la vida hay que buscar lo que uno desea y luchar por ello.
