El Lobo en el País de las Sombras. Érase una vez en un reino lejano, donde todos los habitantes del lugar eran animales que hablaban, existía un lobo muy especial. Su nombre era Rodolfo y vivía en el bosque más grande del reino. Rodolfo siempre se sentía diferente a los demás lobos del bosque, y aunque sabía que tenía instintos naturales para cazar, su verdadera pasión era leer y aprender.
Una noche, mientras caminaba por el bosque disfrutando del sonido de las hojas secas debajo de sus patas, encontró un libro que lo cambió todo. Era un libro encantado con una portada brillante y curiosa, que lo atrajo de inmediato. Cuando lo llevó a su hogar y comenzó a leer, se sintió transportado a un mundo completamente nuevo. Era como si el libro le hablara directamente a él. Rodolfo se había sumergido por completo en la historia y su mundo fantástico.
Desde entonces, todas las noches se dedicaba a leer y a descubrir nuevos mundos. Sin embargo, había un problema: Rodolfo había notado que no podía leer durante el día, y no entendía por qué. Él deseaba poder leer en todo momento, pero no sabía cómo.
Una noche furtiva, en una de sus salidas nocturnas, se encontró con un zorro muy astuto. Éste zorro, conocido por ser el más sabio de todo el bosque, le ofreció ayudar a Rodolfo. El zorro le explicó que el libro que había encontrado era mágico y que solo se leía a la luz de la luna. Pero, además, aquel libro tenía la llave para resolver su problema. Si Rodolfo viajaba hasta el País de las Sombras, encontrando una planta llamada «Luz mágica», podría leer en todo momento.
Sin pensarlo dos veces, Rodolfo emprendió un viaje peligroso por el desconocido País de las Sombras. Sabía que era un lugar peligroso y sombrío, pero su pasión por los libros lo guiaba. Durante el camino, se encontró con muchísimos obstáculos y peligros, nunca antes había sentido tanto miedo en su vida. Pero su perseverancia y su espíritu indomable lo impulsaron a seguir adelante.
Finalmente, llegó a una conexión de cuevas que parecían el hogar de monstruos muy extraños. Luego, de repente fue rodeado por estos extraños seres, que lo vieron como una interrupción en sus vidas tranquilas. Pero Rodolfo no se rindió. Usó todas las habilidades que poseía, el ingenio y la educación que había recibido con sus constantes lecturas. Pensó en una historia, la más alarmante y escalofriante de todas y, en poco tiempo, el lobo logró asustar a los monstruos y escapar. Continuó su búsqueda por la planta de la «Luz mágica».
Después de pasajes oscuros, montañas frías y ríos congelados llegó a una cueva que parecía tener lo que buscaba. Dentro, encontró una planta con una raíz con minúsculos rayos de luz que emanaban del centro. No pudo creerlo, los monstruos habían sido un obstáculo más por superar en su camino de descubrimiento.
Tomó la planta y comenzó a correr de vuelta al bosque, donde había dejado la luz de la luna esperándolo. Corrió lo más rápido que sus patas le permitieron y, cuando llegó, se dio cuenta de que la planta se había marchitado y las pequeñas luces desaparecido. Se desesperó, aunque sabía que no había tiempo que perder. Entonces, recordó cómo su madre solía decir que si uno cree en algo con todas sus fuerzas, el universo conspira a su favor.
En ese momento, Rodolfo cerró los ojos e imaginó la luz mágica de la planta, y cómo iluminaba sus páginas favoritas de su libro. Sintió como la planta revivía y las luces volvían. Fue tal la emoción, que Rodolfo se olvidó de todo y simplemente comenzó a leer. Por fin, después de tanto tiempo, había conseguido leer, no importaba si era de día o de noche.
Desde aquel día, Rodolfo volvía cada noche de vuelta al País de las Sombras, en busca de nuevos libros y nuevos mundos por descubrir. Además, encontró en sí mismo una gran habilidad para aventurarse por lugares peligrosos y enfrentar obstáculos. Todos los animales del bosque lo habían visto regresar con éxito en muchas misiones.
Finalmente, Rodolfo se dio cuenta de que no importaba qué destino persigas, mientras tengas suficiente pasión por lo que haces, nada es imposible. El heroico viaje al País de las Sombras había sido el comienzo de una nueva vida para Rodolfo, una en la que nunca abandonaría su lado literario y siempre perseguiría sus sueños y verdaderas pasiones, sin importar cuán imposibles parecieran.