Los Buhitos y el Viaje al País de los Cuentos. Érase una vez, en un bosque encantado, vivían Los Buhitos, una familia de pequeñas lechuzas de colores brillantes que amaban escuchar y contar historias. Una noche, cuando se encontraban sentados alrededor de una hoguera, abuela Buhitita les contó sobre el País de los Cuentos, un lugar mágico donde todas las historias que alguna vez se habían contado cobraban vida.
Los Buhitos se emocionaron tanto con esta historia que decidieron emprender un viaje juntos para encontrar este lugar. Abuela Buhitita les dio algunas recomendaciones para el viaje y los pequeños lechuzas se prepararon para la aventura.
Volando por el cielo estrellado, Los Buhitos llegaron a un puente mágico que parecía cambiar de forma y de color. Cruzaron el puente y llegaron a un río de tinta negra que fluía hacia una cueva iluminada por velas. La cueva parecía muy peligrosa pero decidieron adentrarse en ella.
Al caminar por la cueva, descubrieron una puerta mágica que brillaba con luz propia y se abrió ante ellos. Al otro lado de la puerta estaba el País de los Cuentos. Los Buhitos se quedaron sin palabras al ver que todo lo que abuela Buhitita les había contado era completamente cierto.
El cielo se iluminaba con luces de diferentes colores y formas, los personajes de los cuentos caminaban y hablaban entre ellos, y los árboles y flores eran de colores brillantes y hermosos. Los Buhitos se sentían muy felices en ese lugar y empezaron a explorar.
Caminando entre los cuentos y personajes, encontraron a la Caperucita Roja, quien les invitó a comer pastel de fresas. Los Buhitos se acercaron a la mesa donde la Caperucita Roja les sirvió un gran pastel y les contó la historia de cómo se convirtió en amiga del Lobo Feroz.
Al terminar de comer, Los Buhitos se despidieron de la Caperucita Roja y continuaron su camino. Caminando por un bosque encantado, se encontraron con el Príncipe Azul que estaba buscando a su amada, la Princesa de Cristal. Los Buhitos se ofrecieron a ayudarlo a encontrarla, y juntos siguieron el camino.
Después de caminar mucho, encontraron una torre alta y brillante que parecía hecha de cristal. Allí encontraron a la Princesa de Cristal, quien estaba atrapada en una torre por una malvada bruja. Los Buhitos, junto con el Príncipe Azul, idearon un plan para liberarla. Con una red de seda y un poco de magia, lograron atrapar a la bruja y liberar a la Princesa de Cristal.
Agradecidos por la ayuda, el Príncipe Azul y la Princesa de Cristal invitaron a Los Buhitos a una gran fiesta. Allí, bailaron y cantaron con los demás personajes de los cuentos hasta tarde en la noche, cuando el reloj del cuco cantó las 12 campanadas.
Los Buhitos se despidieron de todos los personajes y regresaron a la cueva encantada. Al cruzar el puente mágico, los pequeños lechuzas sonrieron mientras recordaban todas las aventuras que habían vivido en el País de los Cuentos. Prometieron volver algún día para vivir nuevas aventuras.
De regreso en su hogar, Los Buhitos contaron la historia de su viaje al País de los Cuentos a su abuela Buhitita, quien sonrió con orgullo al escuchar cómo utilizaban todo lo que ella les había enseñado. Los pequeños lechuzas se retiraron a dormir, el corazón lleno de recuerdos y experiencias maravillosas. Y así, después de una larga noche llena de aventuras y emociones, Los Buhitos se quedaron dormidos soñando en nuevos cuentos por descubrir.
