El Viaje del Dragón de la Luna

Tiempo de lectura: 4 minutos

El Viaje del Dragón de la Luna
¿PREFIERES UN AUDIOCUENTO?

Si prefieres, puedes escuchar el cuento mientras haces otras tareas

El Viaje del Dragón de la Luna. Había una vez un dragón muy peculiar, llamado Lunaris, que vivía en una cueva en lo alto de una montaña. La cueva era su hogar desde hacía muchos años, y allí se sentía cómodo y seguro. Pero Lunaris era un dragón muy solitario. No tenía amigos ni familiares cercanos a quien acudir. Siempre pasaba sus días observando la luna y soñando con explorar el universo.

Lunaris era diferente a los demás dragones. No era un dragón agresivo ni malvado, sino que era noble y amable. No le gustaba hacer daño a nadie y prefería pasar su tiempo en paz y tranquilidad. Por eso, había aprendido a controlar su fuego y solo lo usaba en caso de emergencia.

Un día, mientras observaba la luna, Lunaris se dio cuenta de algo muy extraño. La luna parecía más grande de lo normal y su resplandor era más intenso. Lunaris estaba seguro de que algo estaba pasando en el universo y decidió investigar.

Esa misma noche, Lunaris desplegó sus alas y voló hacia el cielo. Era la primera vez que se aventuraba fuera de su cueva y aunque estaba un poco nervioso, no podía dejar de sentir emoción por lo que iba a descubrir.

Mientras volaba, Lunaris se dio cuenta de que el cielo estaba lleno de estrellas. Había tantas, que se sentía abrumado por su belleza. Pero también notó algo extraño: algunas de las estrellas emitían un brillo extraño y sus colores eran diferentes a los habituales.

Lunaris se acercó a una de esas estrellas y se dio cuenta de que no era una estrella en absoluto, sino una nave espacial. La nave estaba estrellada en un planeta cercano y parecía que había sido abandonada. Lunaris decidió investigar a fondo y se acercó al planeta.

Allí, descubrió un mundo extraño e intrigante. Este planeta era muy diferente a lo que Lunaris estaba acostumbrado. Había criaturas extrañas y nuevas formas de vida. Pero lo más sorprendente de todo, era la nave espacial estrellada. Lunaris decidió explorarla y dentro encontró algo que cambió su vida para siempre: un diario de viaje.

El diario de viaje pertenecía a una exploradora espacial que había viajado por todo el universo. En sus páginas, contaba sus aventuras y descubrimientos en planetas lejanos. Lunaris estaba fascinado por todo lo que leía y no podía creer que existiera un mundo tan maravilloso.

Mientras leía el diario de viaje, Lunaris se dio cuenta de algo importante: no estaba solo. Había otros seres en el universo que, como él, sentían curiosidad y fascinación por lo que hay más allá de su pequeño universo personal. Y decidió que quería conocerlos.

Lunaris volvió a su cueva en la montaña, pero esta vez, no se sintió solo. Ahora, sabía que había mucho más en el universo para explorar y descubrir. Y aunque todavía no había hecho amigos, sabía que la amistad y la conexión estaban ahí afuera, esperándolo.

Desde ese día, Lunaris decidió dedicar su vida a la exploración del universo. Salía de su cueva con más frecuencia, visitaba planetas lejanos y se encontraba con nuevas criaturas. Pero lo más importante de todo, es que nunca más se sintió solo.

Lunaris descubrió que la soledad no era más que una sensación temporal. Que si se aventuraba lo suficiente, encontraría lo que buscaba. Y así fue como Lunaris se convirtió en el dragón más curioso del universo. Y nunca dejó de observar la luna y soñar con explorar lo desconocido.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
El Viaje del Dragón de la Luna
¿Te ha gustado «El Viaje del Dragón de la Luna»?
¡Compártelo con tus amigos!
Facebook
Twitter
Pinterest
WhatsApp
Email
Imprimir