La Hada de la Bondad

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La Hada de la Bondad
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La Hada de la Bondad. Érase una vez en un reino muy lejano, donde las tierras estaban cubiertas de flores de colores brillantes, árboles exuberantes e imponentes montañas de granito. En este lugar vivía La Hada de la Bondad, quien se encargaba de sembrar la armonía y la felicidad entre los seres que habitaban en aquel mundo.

La Hada de la Bondad era una criatura hermosa, siempre vestía una túnica de seda blanca que dejaba ver sus alas relucientes y su cabello dorado. Su risa era como una melodía, y sus ojos brillaban con la luz del sol. Cada día se dedicaba a recorrer los caminos de su reino, llevando esperanza y alegría a quienes lo necesitaban.

Un día, mientras La Hada de la Bondad paseaba por el bosque, se encontró con un pajarito herido. Al verlo, no dudó en acogerlo en sus manos y llevarlo al cuidado de una anciana que vivía en las profundidades del bosque. La Hada sabía que la anciana tenía un gran corazón, así que decidió que sería el mejor lugar para que el pequeño pájaro se recuperara.

Durante su visita a la aldea, La Hada de la Bondad también observó que los habitantes estaban tristes, mantenían la cabeza agachada y los ojos llorosos. Ella, curiosa, no dudó en preguntar el porqué de tal actitud.

-Ay Hada, nuestra princesa ha desaparecido- dijo uno de los habitantes.

La Hada de la Bondad se sorprendió ante la noticia, no imaginaba cómo un reino tan perfecto podrían haber desaparecido princesas. Así que prometió ayudar a encontrarla.

Sin embargo, nadie sabía qué había pasado, ni siquiera se tenía noticias de algún secuestro o incidente que pudiera haber originado su desaparición.

La Hada de la Bondad decidió entonces investigar por sus propios medios. Pensó en recorrer todos los rincones del reino, preguntar a los animales, hablar con los dioses del bosque, consultar con la sabia anciana que había atendido al pajarito. Así lo hizo.

Después de un tiempo, La Hada de la Bondad se encontró vagando por los campos, desorientada y muy triste. La búsqueda de la princesa le había llevado a callejones sin salida. Sintió que había llegado al final, no encontró nada, como si el misterio fuese una puerta cerrada en su cara.

En ese instante, se acercó un ciervo majestuoso, el ser más sabio del bosque. La Hada de la Bondad lo saludó con respeto y amor, se inclinó ante él para saber si le daba alguna pista que le permitiera encontrar a la princesa.

– ¿Qué estás buscando, mi querida Hada? – preguntó el ciervo.

– Estoy buscando la princesa que ha desaparecido, y después de tanto buscar no tengo ni una sóla pista. – dijo La Hada de la Bondad con tristeza.

– Hija mía, lo que estas buscando es el resultado de cada una de tus acciones.

– ¿Cómo puedo encontrarla? -preguntó la Hada.

– A veces lo mejor es no buscar. A veces es necesario dejar que las cosas sigan su propio curso. Y aunque nosotros no podemos controlar todo lo que sucede en el mundo, debemos ser conscientes del poder que tenemos para hacer la diferencia. Tú eres el Hada de la Bondad y estás haciendo un trabajo maravilloso, así que sigue haciendo lo que haces tan bien, y la princesa encontrará su camino de vuelta. – concluyó el ciervo.

Después de escuchar al ciervo, La Hada de la Bondad comprendió que la vida no siempre es un camino recto y fácil, y que las soluciones a veces no son fáciles de encontrar, sin embargo, siguió haciendo el bien en el reino. Ayudaba a quien necesitaba, cuidaba de su hogar y compartía su conocimiento con otros seres.

Poco después de que La Hada de la Bondad tomara la decisión de no buscar más, la princesa apareció en el lugar. No se había ido muy lejos, sólo había salido a caminar para despejarse la mente. Al regresar, notó que todo el reino estaba buscándola y entendió la preocupación de los habitantes.

La Hada de la Bondad quedó muy agradecida con el ciervo sabio, quien le dio las solución a su problema. Comprendió que a veces no podemos ver qué está frente a nuestras narices, y que lo mejor es dejar pasar el tiempo y tener perseverancia, constancia en el bien que hacemos y confiar en que el universo guardará recompensas para cada uno de nosotros.

Y por eso, así que de todo el reino resuenan cantos y alabanzas, y las alegrías son compartidas en cada rincón, porque la princesa ha regresado y La Hada de la Bondad ha dejado su huella en la historia del reino.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
La Hada de la Bondad
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