La Hada de la Educación. Érase una vez en un lugar no muy lejano, un pueblo en el que todos los niños y niñas eran muy estudiosos y trabajadores. Se destacaban por siempre tener buenas notas y por su gran interés en aprender cosas nuevas. Todo esto gracias a La Hada de la Educación, quien hacía visitas constantes al lugar para brindar su ayuda y apoyo a los pequeños.
La Hada de la Educación era una mujer hermosa con un traje largo de color verde y una varita mágica que emitía destellos brillantes. Sus alas eran elegantes y grandes, lo que le permitía volar y visitar a los niños en cualquier lugar y a cualquier hora del día.
Un día, mientras La Hada de la Educación volaba de camino a visitar a un niño que había estado enfermo en casa, se encontró con algo inesperado. Un pequeño duende que estaba sentado en una rama de un árbol junto al camino, llamó su atención con un dulce canto. La Hada de la Educación se acercó al árbol para ver de dónde venía aquella melódica voz. Allí, encontró al pequeño duende sentado con su violín, tocando una hermosa melodía.
La Hada de la Educación se quedó maravillada por la música y se acercó al duende. «¡Qué hermosa melodía tocas! ¿Cómo te llamas, pequeño?», preguntó amablemente la Hada de la Educación.
«Soy Felix, el Duende de la Música», respondió el duende.
«¡Qué agradable sorpresa encontrarte aquí! ¿Puedo ayudarte en algo hoy?», preguntó la Hada de la Educación.
«¡Oh, no! Estoy aquí para ofrecer mi ayuda. Estoy seguro de que tienes alguna tarea importante que hacer en este momento. ¿Puedo acompañarte en tu camino?», respondió Felix con una gran sonrisa en su rostro.
Entonces, ambos emprendieron el camino hacia la casa del niño enfermo. Felix tocaba su violín todas las veces que La Hada de la Educación pronunciaba unas palabras mágicas para que la música tuviera un efecto curativo. La Hada de la Educación se sorprendió al ver que la melodía del violín de Felix combinaba perfectamente con sus propias palabras mágicas.
Al llegar a la casa del niño enfermo, La Hada de la Educación realizó una medicación mágica mientras Felix tocaba su violín para hacerlo feliz y alegre. El niño estaba mejor en poco tiempo y la Hada de la Educación y el Duende de la Música continuaron volando juntos, visitando más y más lugares en busca de niños necesitados de ayuda y apoyo.
La música de Felix era tan hermosa y poderosa que comenzó a cautivar a todos los niños que se encontraban en su camino. Los pequeños se detenían a escucharlo y a bailar mientras La Hada de la Educación realizaba pequeñas magias por todas partes. La felicidad que transmitían era contagiante y así continuaron su camino juntos, transformando cada lugar en una fiesta llena de alegría y aprendizaje.
De repente, el Duende de la Música tomó la mano de La Hada de la Educación y la llevó hacia el cielo. Juntos dejaron la tierra y se elevaron en un vuelo espectacular. A medida que ascendían, la música y la magia se hacían cada vez más intensas, llenando el espacio que los rodeaba de vida y color.
La vista desde arriba era espectacular. La Hada de la Educación podía ver a los niños jugando en los parques, las escuelas llenas de estudiantes aprendiendo y los hogares llenos de familias. La ciudad era un remolino de colores y sonidos que se mezclaban en una bella sinfonía dirigida por el talentoso duende.
Finalmente, La Hada de la Educación y Felix descendieron al suelo nuevamente. La Hada de la Educación sorprendió a su amigo tocando una melodía en su varita mágica que ayudaba a mantener la paz y la tranquilidad en cada hogar, escuela y parque que visitaban.
Después de un largo día lleno de aventuras, risas y aprendizaje, La Hada de la Educación y Felix se despidieron y prometieron volver a reunirse muy pronto en otro lugar del mundo. Hacían una buena pareja, lo que permitía a los niños de todas las edades aprender y divertirse más. Unieron sus poderes mágicos de educación y música para dar lo mejor a todos.
Desde aquel día, La Hada de la Educación y el Duende de la Música se convirtieron en grandes amigos y compañeros de aventuras. Juntos visitaron a muchos niños en todo el mundo y les brindaron su ayuda y apoyo, nunca dejando de enseñar y de hacer feliz a todo aquel que pudieran alcanzar. Los niños nunca olvidarán esta mágica combinación y se aseguraron de compartir a todos la belleza de la música y el aprendizaje alrededor de todo el mundo.