La Hada del Juego. Érase una vez en un hermoso y mágico mundo, un hada llamada Selene. Selene era conocida como La Hada del Juego, ya que su misión era alegrar a todos los niños del mundo con sus juegos y aventuras.
Selene vivía en un pequeño pueblo mágico, rodeada de flores y mucha naturaleza. Era una hada muy amable y siempre estaba buscando maneras de hacer felices a los niños. En su pueblo no había televisor ni computadora, la diversión venía de los juegos y las aventuras que Selene creaba.
En uno de sus viajes a través del bosque, Selene llegó a un pequeño pueblo donde encontró a dos niñas llamadas Mia y Emma. Las pequeñas eran muy tímidas al principio, pero Selene se acercó a ellas con una sonrisa y les ofreció un juego increíble que había en su libro mágico de juegos.
Las niñas quedaron fascinadas y rápidamente se unieron a la aventura. Juntos, treparon árboles, buscaron tesoro y descubrieron criaturas extrañas en el bosque. Fue una tarde llena de risas y alegría.
Desde ese día, Selene visitaba a Mia y Emma todas las semanas y les enseñaba nuevos juegos y aventuras. Las niñas estaban tan emocionadas cada vez que Selene llegaba a visitarlas, eran sus mejores amigas.
Un día, Selene la Hada del juego, decidió invitar a Mia y Emma a un viaje muy especial. Las llevó a través de su arco iris mágico que conectaba con un mundo lleno de color y alegría.
Una vez allí, Selene les presentó un juego de carreras de globos. Cada niña tendría que construir su propio globo y volar por todo el país para llegar a la meta.
Las niñas estaban muy emocionadas y rápidamente comenzaron a construir sus globos. Cuando terminaron, Selene abrió el arco iris y las niñas se elevaron al cielo para comenzar la carrera.
Mia y Emma disfrutaron mucho del vuelo en globo y vieron paisajes increíbles debajo de ellos. Sin embargo, cuando llegaron al final del camino, descubrieron que una de ellas había hecho trampa para ganar.
Selene se dio cuenta de lo que pasó y decidió enseñarles una lección valiosa. Les dijo que la verdadera felicidad no radicaba en ganar a cualquier costo, sino en disfrutar del camino y las aventuras con sus amigos.
Mia y Emma sintieron que habían hecho algo mal, pero no sabían cómo arreglarlo. Selene les explicó que lo correcto era disculparse y reconocer el error. Las niñas se disculparon y prometieron nunca más hacer trampa en los juegos.
Selene les dijo que todos cometían errores, pero lo importante era aprender de ellos y seguir adelante. Las niñas entendieron el mensaje de Selene y se sintieron agradecidas por la amistad y la sabiduría que les había dado.
A partir de ese día, Mia y Emma valoraron más sus amistades y siempre jugaron de manera justa y honesta. Selene, La Hada del Juego, les enseñó una lección valiosa y les mostró la importancia de la honestidad y la amistad en la vida.
La Hada del Juego, Selene, siguió visitándolas y enseñándoles nuevos juegos y aventuras. Mia y Emma se hicieron más cercanas gracias a los juegos y las risas compartidas, y su amistad floreció como nunca antes.
Así, Selene pudo cumplir su misión en la vida y hacer felices a los niños a través del juego y la aventura. Siempre estuvo dispuesta a enseñar nuevas lecciones y compartir su sabiduría con quien la necesitara.
Un día, cuando Mia y Emma crecieron y tuvieron hijos propios, les enseñaron a sus hijos los juegos y aventuras que Selene les había enseñado. Y así, la tradición de Selene, La Hada del Juego, se mantuvo viva para siempre.
