La casa del terror

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La casa del terror
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La casa del terror. Érase una vez un día oscuro y tenebroso en la ciudad, y un grupo de amigos alegres y dispuestos a tener una aventura. Los amigos eran Pablo, Ana, Lucía y Tomás, y decidieron visitar la misteriosa Casa del Terror que tanto habían oído hablar.

Había rumores en el lugar que la casa era embrujada, que había monstruos y fantasmas acechando en cada rincón y que si alguien se aventuraba allí, algo terrible le sucedería. Pero los cuatro amigos no les importó. Querían saber si aquello era cierto o solo un mito urbano.

Se pusieron sus mejores tenis y comenzaron su camino hacia la casa. La casa estaba ubicada en lo alto de una loma y era un poco difícil llegar allí. Cruzaron una puerta de hierro oxidada y comenzaron a subir la empinada loma. Mientras se acercaban a la casa, comenzaron a escuchar un extraño sonido. ¿Era el viento o era la casa? Se preguntaron.

Finalmente, llegaron a la Casa del Terror. Era grande, vieja y oscura. La pintura descascarada y la puerta estaba atascada, como si alguien no quisiera que los visitantes entraran. Sin embargo, los amigos empujaron con fuerza y lograron abrir la puerta. En cuanto entraron, se sintieron rodeados por algo extraño, como un zumbido en los oídos.

Todo era oscuro. No podían ver nada. La casa olía a moho y a polvo. Los amigos comenzaron a caminar con mucho cuidado, tratando de no chocarse contra todo lo que se encontraban. De repente, escucharon un rugido. ¿Era un monstruo? Los amigos temblaron, pero decidieron seguir adelante.

Se abrieron puertas misteriosas de forma repentina y objetos volaban por el aire. Los cuadros en las paredes parecían moverse y mirarlos fijamente. Los amigos sentían que estaban en una pesadilla que no podían controlar. Hasta que de repente, apareció una figura extraña parecida a un fantasma con una gran sábana blanca. Los cuatro amigos gritaron con miedo, pero la figura comenzó a acercarse. Pablo, el valiente del grupo, se dio cuenta que no era un fantasma real, sino una persona disfrazada.

«¡Los atrapé!» gritó un hombre detrás de la sábana. «¡Soy el dueño de la Casa del Terror! ¡Pensé que nunca llegarían a visitarme!» El grupo se relajó. Se dieron cuenta que todo era solo un juego y que el «terror» era solo una manera divertida de pasar la tarde.

El hombre les mostró la casa y les explicó cómo funcionaban todas las trampas y efectos especiales. Les demostró cómo las cosas que parecían gigantescas en realidad eran pequeñas y que todo era solo una ilusión óptica. Los amigos se sorprendieron al descubrir que estaban convirtiéndose en expertos en la Casa del Terror.

Finalmente, llegó la hora de irse. Los amigos se despidieron del dueño de la casa y salieron al exterior. Se sintieron aliviados, pero también emocionados. Habían tenido una gran aventura y habían aprendido que no siempre las cosas son lo que parecen. A veces, las cosas pueden parecer atemorizantes, pero en realidad, son solo juegos.

La Casa del Terror se había convertido en su lugar favorito para pasar una tarde emocionante. Incluso habían tomado fotos de ellos mismos con objetos extraños y con monstros imaginarios. A partir de ese día, los amigos visitaban regularmente la Casa del Terror y la recomendaban a todos los que buscaban una aventura emocionante.

Con el tiempo, la Casa del Terror adquirió fama en la ciudad.entera. Se convirtió en un lugar al que acudían turistas de otros lugares y se hizo popular en las redes sociales. La casa se convirtió en el lugar más divertido y emocionante de la ciudad, gracias a la iniciativa del dueño de invitar a las personas a descubrir y conquistar sus temores.

Así, el grupo de amigos encontró en la Casa del Terror un lugar divertido, emocionante y lleno de sorpresas. Descubrieron que mejor que enfrentar sus temores es asumirlos como una forma de entretenimiento. Y así, se divirtieron como nunca antes, en una gran casa llena de trampas, efectos especiales y risas. La Casa de Terror, un lugar misterioso, pero seguro y lleno de sorpresas esperándolos.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
La casa del terror
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