La casa de los secretos oscuros

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La casa de los secretos oscuros
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La casa de los secretos oscuros. Érase una vez en un pequeño pueblo ubicado en la cima de una montaña, una casa muy peculiar llamada «La casa de los secretos oscuros». Nadie sabía exactamente por qué tenía tal nombre, pero todos los habitantes del pueblo aseguraban que algo extraño sucedía allí.

Los niños y niñas del pueblo no podían evitar sentir curiosidad y pasaban cada día frente a la casa tratando de ver algo diferente, pero era en vano, pues sus ventanas estaban siempre cerradas y las puertas parecían selladas.

Un día, dos hermanos llamados Mar y Leo, decidieron explorar y descubrir los misterios que se escondían detrás de las paredes de la casa. Armados de valor, se acercaron lentamente hasta la entrada principal, pero cuando intentaron tocar la puerta, algo increíble sucedió.

La puerta se abrió por sí sola y un pasillo oscuro y tenebroso se reveló ante ellos, llenándolos de miedo. Leo, el más valiente, les aseguró a su hermana que todo estaría bien y juntos empezaron a caminar por el pasillo.

A medida que avanzaban, las luces comenzaron a encenderse solas y los misteriosos sonidos que se escuchaban al principio, se transformaron en canciones alegres y claras que los ayudaron a mantener el rumbo.

Finalmente llegaron a la sala principal donde encontraron a un anciano vestido con trajes extravagantes y llenos de brillos. El anciano saludó a los hermanos y les invitó a sentarse en unos sillones cómodos para conversar.

El anciano les explicó que su casa parecía tenebrosa por fuera, pero en realidad, era un lugar lleno de magia y alegría que guardaba muchos secretos increíblemente lindos.

Primero, les mostró un enorme jardín mágico lleno de flores y árboles de diferentes colores y tamaños que cambiaban de aspecto según la época del año. Luego les llevó a la cocina, donde pudieron disfrutar de deliciosos dulces que sabían como el cielo y finalmente les condujo a una habitación llena de juegos de todo tipo que hicieron que los niños se sintieran rebosantes de felicidad.

Mar y Leo se divirtieron tanto que perdieron la noción del tiempo y solamente después de varios días, se dieron cuenta de que debían regresar a casa. El anciano los despidió con una cálida sonrisa y un pequeño regalo para que no se olvidaran de lo increíble que fue su aventura en la casa de los secretos oscuros.

Desde ese día, los hermanos se convirtieron en los guardianes de este secreto encantado e invitaron a sus amigos a aventurarse en el pasillo mágico que llevaba a la maravillosa casa de los secretos oscuros. Y así, la casa ya no era un lugar tenebroso y oscuro, sino un lugar lleno de luz, alegría y magia para todos los niños del pueblo.

De esta manera, la leyenda de la casa de los secretos oscuros dejó de ser un misterio para convertirse en una historia feliz para todos los habitantes del pueblo.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
La casa de los secretos oscuros
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