La casa del hombre lobo. Érase una vez en una colina rodeada de bosques repletos de árboles de hoja perenne, existía una casa misteriosa. Se decía que allí vivía un hombre lobo solitario, un ser con la capacidad de convertirse en lobo en las noches de luna llena. Nadie sabía realmente si era verdad, pero los rumores de los aldeanos que vivían en pueblos cercanos siempre generaban un gran temor en los niños.
En una tarde soleada de otoño, un grupo de niños decidió explorar la colina y descubrir la verdad sobre la Casa del hombre lobo. Caminaron durante horas hasta que finalmente llegaron a la cima de la colina y allí encontraron, ante ellos, la casa aterradora.
La casa estaba en ruinas y parecía abandonada. Las ventanas estaban cubiertas de polvo y las puertas estaban cerradas. Pero Joan, uno de los niños, decidió que era valiente y que podía encontrar una manera de entrar. Así que, se acercó a la puerta principal y la abrió con gran fuerza.
Los niños entraron en la casa con cautela, y luego de explorar por un rato, decidieron dividirse. Todos ellos buscaban encontrar una pista que les dijera si el hombre lobo realmente vivía allí. Las puertas crujían al abrirlas, los pisos estaban polvorientos y los muebles estaban viejos y rotos. En una de las habitaciones, Ana encontró un diario antiguo que parecía haber sido escrito por una mujer. Todas las páginas estaban cubiertas por un polvo grueso y las palabras estaban desvanecidas. «Es una pena no poder leerlo», susurró Ana con enojo.
Más tarde, en el último sótano que exploraron, descubrieron una caja de madera antigua. Luego de investigar un poco, hallaron que la caja estaba cerrada con una llave. Uno de ellos se apoyó en la pared y sin querer tocó un interruptor escondido detrás de él, lo que provocó que la caja se abriera en un estallido y revelara algo inesperado. Una llave dorada.
Todos los niños, sorprendidos, se miraron. ¿Empiezo a temblar a causa del miedo? se preguntó alguno. Sabían que era la llave para abrir el diario antiguo que habían encontrado. En un instante se fueron corriendo hacia el lugar donde lo abandonaron y empezaron a limpiarlo con los pañuelos que llevaban.
Entonces abrieron el diario y comenzaron a leer, cada uno desde su punto de vista. Algunos leyeron páginas escritas en diferentes tiempos, otros decodificaron palabras que nadie más hubiera podido. El diario revelaba una historia de amor entre una mujer y el hombre lobo. Durante la luna llena, el hombre lobo se transformaba en su forma animal y vagaba por los bosques para encontrar comida. Pero ella amaba al hombre, no al animal, así que transformaba su amor humano en victorias sobre el miedo y la furia.
De repente, un rugido salvaje los asustó, todos corrieron hacia la extremidad de la casa. Ahí estaban, eran ellos mismos, mejor dicho, se habían transformado. Se miraron, reconocieron que la llave dorada era una llave mágica y que el diario era el catalizador que activaría su transformación. Ahora podían vivir y amar sin tener ningún miedo.
Una semana después, los niños volvieron a la colina y se reunieron en torno a la casa del hombre lobo. Todo había vuelto a la normalidad, sin embargo, la puerta principal estaba cerrada esta vez, el miedo que habían sentido previamente ahora era reemplazado por una sensación de aventura, y el recuerdo de un libro y una llave dorada. Los niños eran ahora hombres lobo, que se amaban con la fuerza del amor humano que prevalece sobre su estado animal. Y, por siempre, tendrían cuidado de nunca olvidar el valor de esa llave dorada, y la historia de amor de la pareja que se encontraba en aquellas páginas cubiertas de polvo.