La casa del reino de la oscuridad. Érase una vez en el Reino de la Oscuridad, un lugar donde todo era negro y tenebroso, en el cual las sombras eran más oscuras y el sol nunca brillaba. En este lugar habitaban criaturas muy extrañas y peligrosas que le daban a este lugar su fama de ser el hogar de la oscuridad.
Sin embargo, había alguien diferente en el Reino de la Oscuridad. Ella era una pequeña hada llamada Isabella, la cual no se sentía cómoda en su hogar por la falta de luz y el ambiente hostil que allí había. Ella no quería ser parte de la oscuridad. Quería ver los colores de las cosas y sentir el calor del sol.
Un día, Isabella tuvo una idea: escapar del Reino de la Oscuridad en busca de un nuevo hogar. Por supuesto, esto no sería fácil porque para hacerlo, debería atravesar los peligrosos bosques del Reino de la Oscuridad y cruzar el Puente de las Sombras, que conectaba ambos reinos.
Isabella decidió hacer su plan en secreto porque sabía que si alguien la descubría, sería castigada. Le dijo a su mejor amiga, una gata espectral llamada Lilo, lo que iba a hacer, y ésta se ofreció para acompañarla en su travesía.
Durante la noche, Isabella y Lilo emprendieron su viaje rumbo al Puente de las Sombras. La travesía fue difícil, la oscuridad era tan densa que apenas podían ver hacia donde iban, y los ruidos extraños que escuchaban los ponían muy nerviosos.
Finalmente llegaron al Puente de las Sombras, y cuando lo comenzaron a cruzar, un sonido de la nada los asustó y Isabella casi pierde el equilibrio. Fue entonces que una figura apareció y les habló en un susurro.
– «¿A dónde van, pequeñas?».
Isabella, temerosa, se giró y vio a la sombra más grande y espantosa que había visto. Pero, al mismo tiempo, la sombra parecía curiosa y amigable.
– «Estamos huyendo del Reino de la Oscuridad para encontrar un lugar más brillante», dijo Isabella.
La sombra la miró por un momento, y luego dijo: «Entonces, están buscando el Reino de la Luz. Si es así, deben tomar el camino de la estrella brillante, que es el único camino hacia la luz».
Y con eso, la sombra desapareció. Isabella y Lilo continuaron su camino, siguiendo el camino de la estrella brillante.
Después de caminar por varios días y noches, la diminuta hada y su amiga gatuna llegaron a un lugar luminoso y maravilloso que había flores de todos los colores y el sol brillaba con todo su esplendor.
Isabella no podía creer lo que veía, pero estaba muy feliz de haber encontrado un lugar como ese. Decidió quedarse allí para siempre, y gracias a su amiga Lilo, ella encontró un árbol muy acogedor donde construyó su nueva casa.
Así, la pequeña hada finalmente encontró un lugar donde no existía la oscuridad y donde los colores eran libres de apreciar.
Se hizo muy amiga de los animalitos del bosque que la visitaban frecuentemente, atraídos por su hermosura y su gracia. Isabella se convirtió en protectora de las criaturas del bosque y la guardiana de la Luz.
Si alguna vez te adentras en el Reino de la Oscuridad, no te pierdas en la oscuridad, sigue el camino de la estrella brillante y podrás encontrar el Reino de la Luz, y quizás encuentres a Isabella la hada y su amiga Lilo, quienes serán muy felices de acogerte en su hogar.
FIN.