La casa del cementerio del sueño eterno

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La casa del cementerio del sueño eterno
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La casa del cementerio del sueño eterno. Érase una vez una casa muy especial. Era la casa del cementerio del sueño eterno, un lugar donde descansaban en paz las almas de los seres queridos que ya no estaban con nosotros. Y aunque la casa daba un poco de miedo, no había nada que temer. Al contrario, el cementerio del sueño eterno era un lugar lleno de amor y recuerdos.

En esa casa vivía una familia muy especial. Ellos eran los encargados de cuidar el cementerio y asegurarse de que todo estuviera en orden. Los niños y niñas de la ciudad solían visitar la casa, preguntar muchas cosas y hacer algunas preguntas sobre las tumbas.

Allí, una noche muy especial, después de una gran tormenta, una luz extraña comenzó a brillar en uno de los árboles cercanos. La familia no podía explicar qué pasaba, pero de repente fue como si algo mágico sucediera.

Al día siguiente, los niños y niñas de la ciudad encontraron algo inesperado en la casa del cementerio: una especie de jardín lleno de flores de colores que nadie había visto antes. No sabían cómo había llegado allí, pero lo cierto es que era hermoso y tenía un aroma muy agradable.

Pero, en realidad, la magia no estaba en las flores. La verdad era que una hada buena había llegado al cementerio para traer alegría y amor a todas las almas que allí descansaban. Y había decidido hacerlo de una manera muy especial.

La hada había plantado las flores para que, cada vez que un niño o niña colocara una flor en las tumbas, estas florecieran aún más bonitas. Y de esta manera, los niños y niñas podrían recordar a sus seres queridos con una sonrisa y no con tristeza en el corazón.

Y así fue como comenzó una leyenda en la ciudad. Todos los niños y niñas querían visitar la casa del cementerio del sueño eterno para conocer a la hada buena y llevarle una flor. Y cuando la colocaban en una tumba, veían cómo el jardín se llenaba de colores más intensos y cómo las almas sonreían desde el más allá.

Un día, un niño llamado Nicolás llegó a la casa del cementerio del sueño eterno con una tristeza muy grande en el corazón. Había perdido a su abuelo el año anterior y aún no había podido superarlo. Y aunque la familia de la casa había tratado de consolarlo, Nicolás no podía olvidar a su abuelo.

Cuando Nicolás llegó al jardín, vio que una flor se había secado en la tumba de su abuelo. Se sintió triste, pero recordó la leyenda de la hada buena. Metió la mano en su bolsillo y sacó una flor amarilla que había recogido en el camino.

Nicolás colocó la flor en la tumba y miró con asombro cómo el jardín comenzó a llenarse de luz. Las flores brillaban con mucha fuerza y Nicolás notó que algo extraño sucedía. Y entonces, vio cómo aparecía una figura en medio del jardín.

Era la hada buena que todos hablaban. Nicolás creyó haber perdido el sentido, pero al ver la sonrisa cálida de la hada, supo que todo era verdad. La hada se acercó a él y le tomó de la mano.

– Nicolás, no debes sentirte triste – dijo la hada -. Tu abuelo siempre te recordará con mucho amor y desde aquí siempre te acompañará en spiritu. Él está aquí seccándose las lágrimas que has dejado. Pero, si dejas una nueva flor en su tumba, verás cómo el jardín se llenará de luz, como lo has visto ahora.

Nicolás asintió con la cabeza y volvió a colocar la flor en la tumba de su abuelo. Y entonces algo mágico comenzó a suceder. Desde la tumba de su abuelo comenzó a salir un haz de luz que lo envolvía todo. Las flores se iluminaban y un Olivia una sonrisa de Nicolás. Era la sonrisa de su abuelo.

Desde ese día, Nicolás visitó la casa del cementerio del sueño eterno cada año para llevar una nueva flor a su abuelo. Y siempre que lo hacía, sentía la presencia de su abuelo y podía hablar con él en su corazón.

La hada buena había conseguido plantar una semilla de amor eterno en el corazón de todos los que visitaban el cementerio del sueño eterno. Y aunque la magia a veces era difícil de entender, todos sabían que la casa del cementerio era un lugar lleno de amor y donde el recuerdo de los seres queridos siempre permanecería vivo.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
La casa del cementerio del sueño eterno
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