La casa del bosque de los demonios

Tiempo de lectura: 4 minutos

La casa del bosque de los demonios
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La casa del bosque de los demonios. Érase una vez, en el medio del bosque, una pequeña casa que nadie osaba acercarse, la llamaban la casa del bosque de los demonios. Algunos decían que habitaban allí seres extraños, criaturas mágicas y peligrosos demonios. Pero nadie sabía la verdad sobre lo que realmente sucedía dentro de esa pequeña casa.

Un día, un grupo de amigos decidió adentrarse en el bosque para explorar. Caminaron y caminaron hasta que llegaron a la casa del bosque de los demonios. Los niños estaban asustados, pero decidieron acercarse para ver si podían resolver el misterio. Cuando llegaron a la casa, entraron sin dudarlo.

Una vez dentro, los niños se dieron cuenta de que no había monstruos ni demonios en el interior, sino una pequeña y acogedora casa. Todo estaba perfectamente ordenado y decorado con objetos extraños y antiguos en cada rincón. Los niños no podían creer lo que veían.

De repente, escucharon un ruido proveniente de una habitación cercana y decidieron investigar. Al abrir la puerta, se encontraron con una pequeña niña con el cabello blanco y los ojos luminosos en la que todos casi experimentaron un escalofrío. La niña miró a los niños y les sonrió.

La pequeña niña resultó ser la dueña de la casa, y los niños no podían creer lo amable que ella era. Les enseñó cada rincón de su hogar, contándoles historias interesantes sobre las diferentes criaturas que habitaban el bosque y otros lugares mágicos de los que había oído hablar.

Pasaron horas allí, riendo y aprendiendo cosas nuevas. Los niños terminaron descubriendo que la casa del bosque de los demonios era tan normal y común como cualquier otra casa. Ellos habían sido engañados por los rumores y la falta de información.

La pequeña niña notó el interés que tenían los niños en las historias que les contaba y les preguntó si les gustaría tener un poco de aventura en el bosque. Los niños aceptaron emocionados y al instante la niña abrió una puerta secreta que llevaba a un pasadizo desconocido.

Los niños corrieron tras ella, y después de un par de minutos de caminar por el pasadizo, llegaron a una pequeña puerta que ella abrió con una llave. Los niños estaban nerviosos por lo que podían encontrar al otro lado, pero no perdieron su coraje.

Cuando abrieron la pequeña puerta, se encontraron con un jardín secreto lleno de hermosas plantas y hermosos animales exóticos. La pequeña niña les contó la historia detrás del jardín y les enseñó cómo cuidar a las plantas y otros seres vivos.

Después de una tarde maravillosa de aventura, los niños regresaron a la casa para despedirse de su nueva amiga. Le agradecieron por cuidar de ellos, enseñarles cosas nuevas y pasear por el bosque de los demonios.

Antes de irse, la niña les dio una tarea para la próxima vez que se vieran: debían traer algo nuevo y único para mostrar, algo que pudieran llamar suyo. Los niños asintieron con entusiasmo antes de irse.

Desde ese día, los niños adquirieron una nueva forma de ver el bosque de los demonios y aprendieron que las cosas raras y misteriosas pueden ser sorprendentemente reconfortantes y emocionantes. Desde entonces, visitaron a la pequeña niña con regularidad y juntos descubrieron grandes maravillas y aventuras en el bosque mágico.

La casa del bosque de los demonios fue su primer gran descubrimiento, pero no sería el último. A partir de ese día, los niños aprendieron a no juzgar un libro por su portada-cosas asombrosas y fascinantes estaban escondidas detrás de las cosas extrañas e imponentes que más temían.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
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