La casa del cementerio de la venganza

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La casa del cementerio de la venganza
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La casa del cementerio de la venganza. Érase una vez una casa abandonada en el cementerio que, según la leyenda, estaba embrujada. Los niños que vivían cerca de la casa se contaban historias de miedo sobre la casa, y para ellos, era el lugar más aterrador de todo el cementerio.

Un día, un pequeño niño llamado Pablo decidió explorar la casa. Sentía curiosidad por ver si lo que decían los niños sobre la casa embrujada era cierto. Pero cuando llegó a la casa, se encontró con una sorpresa.

Dentro de la casa, había un grupo de fantasmas. En vez de intentar asustar al niño, los fantasmas se acercaron a él y le explicaron que no eran malvados, sino que necesitaban su ayuda.

Ellos le contaron la historia de cómo habían sido maltratados y humillados por los vivos en vida, y cómo su venganza era la de asustar a los niños y hacernos creer que estaban embrujados. Pero se habían dado cuenta de que eso no los hacía sentir mejor.

«¿Qué puedo hacer para ayudarlos?», preguntó el pequeño Pablo.

«Debes enseñarle a los niños que estamos aquí por una razón, y que necesitamos su ayuda para encontrar la paz», dijo el líder de los fantasmas.

Pablo aceptó la tarea, y comenzó a visitar la casa del cementerio todos los días después de la escuela. Comenzó a hablar con los niños en voz baja, explicándoles que los fantasmas eran almas atormentadas que necesitaban su ayuda para encontrar la paz.

Poco a poco, los niños comenzaron a darse cuenta de que no había nada que temer. Ellos decidieron ayudar a los fantasmas, y juntos, comenzaron a trabajar para encontrar la paz que habían estado buscando.

Los niños construyeron un pequeño jardín en la casa del cementerio, plantando flores y sembrando hierbas medicinales. También colocaron un cartel lleno de colores y muy alegre que decía: «Fantasmas amigables aquí».

Después de varios meses de trabajo duro, los fantasmas comenzaron a sentirse mejor. La paz que habían estado buscando finalmente había sido encontrada.

Pablo se sintió muy feliz al ver que su trabajo había valido la pena. Se había transformado en un verdadero amigo de los fantasmas de la casa del cementerio, y él sabía que nunca volvería a temer el lugar de nuevo.

Con la ayuda de los niños del vecindario, la casa del cementerio se transformó en un lugar especial, lleno de amor y bondad. Los fantasmas pudieron encontrar la paz que habían estado buscando, y los niños aprendieron una importante lección sobre la importancia de ayudar a los demás.

Desde entonces, el espíritu del jardín y los fantasmas en la casa del cementerio nunca han sido vistos significativamente. Aunque algunos niños aún cuentan historias de miedo sobre la casa, Pablo sabe la verdad y sonríe siempre que se acerca a la casa, recordando el buen trabajo que él ayudó a crear y el verdadero mensaje de amor y compasión que siempre prevalecerá.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
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