La casa del bosque de los demonios oscuros. Érase una vez, en una casa del bosque rodeada de árboles gigantes y hojas doradas, vivía una pequeña niña llamada Sofía. La casa de Sofía estaba situada en lo más profundo de un mágico bosque, donde los demonios oscuros contaban historias de terror para espantar a los visitantes.
Pero para Sofía, la casa no tenía nada de terrorífica. Ella la amaba con todo su corazón. Podía pasar horas en su patio trasero, corriendo y jugando junto a los conejos y los pájaros que hacían nidos en los árboles cercanos.
Una tarde de otoño, mientras jugaba en su jardín, Sofía notó que algo extraño estaba sucediendo. Todos los animales que solían visitar su jardín se habían marchado y el aire se había vuelto más frío de lo normal. De repente, un viento fuerte sopló y fue tan fuerte que Sofía perdió el equilibrio y se golpeó la rodilla en una piedra.
Sofía lloró de dolor y miedo, pero luego de secar sus lágrimas notó una sombra extraña moviéndose detrás de los arbustos. A pesar de que ella era una niña intrépida y valiente, se abrazó a sí misma y gritó para espantar al extraño en la sombra.
De repente, la sombra se volvió mágica y se transformó en un hada que volaba. Era un hada amable y hermosa que se preocupó por la pequeña Sofía. »¿Está todo bien, mi querida?» preguntó el hada con una sonrisa en su rostro.
Sofía se sorprendió al ver un hada volando cerca de su jardín. Tragó saliva y dijo: «Sí, estoy bien. Me he lastimado la rodilla».
El hada se fijó en la rodilla lastimada de Sofía y sacó un frasco de su bolsillo. «Tengo aquí un ungüento mágico. Te lo pondré en tu rodilla y sanarás pronto. Solo necesitarás cerrar tus ojos y tocarte la rodilla tres veces con la barita mágica que tengo aquí.»
Sofía siguió las instrucciones del hada y tocó su rodilla tres veces con la barita mágica. Cuando abrió los ojos, su rodilla se había curado y estaba como nueva.
«Sufro de un problema y si no lo soluciono, se desatará una tormenta en el bosque», dijo el hada. «Necesito tu ayuda, Sofía».
Sofía estaba feliz de ayudar al hada. ¿Qué podía hacer por ella? preguntó Sofía. El hada tomó una pequeña bola brillante del bolsillo y dijo: «Hay un dragón que vive en la cueva del bosque. Necesito que encuentres la piedra mágica que él guarda. Es la única forma de solucionar este problema».
Sofía estaba emocionada por la tarea que le habían encomendado y se dispuso a buscar al dragón en su cueva, acompañada por su fiel conejo.
Después de horas de búsqueda y lucha entre arbustos y matorrales, Sofía y su conejo finalmente encontraron la cueva del dragón. El dragón era un gigante verde con ojos rojos y afilados dientes. Estaba en guardia para proteger la piedra mágica.
Sofía estaba asustada, pero decidió enfrentar al dragón valientemente. Acarició a su conejo y dijo: «No teman. Vamos a ayudar al hada a resolver su problema».
El dragón no estaba muy contento con la presencia de Sofía y su conejo. Parecía tener muchas dudas sobre la idea de permitir que dos niños mágicos tomen la piedra mágica. Pero luego de escuchar la historia del hada, se dio cuenta de que esto era importante. Finalmente, decidió permitir a Sofía que tome la piedra mágica.
Sofía tomó la piedra en sus manos con mucho cuidado y con la ayuda de la barita mágica del hada, la piedra se transformó en un tomillo para el problema del hada.
Una vez que el problema del hada se resolvió, el bosque se volvió más cálido y la casa de Sofía se llenó de felicidad y alegría. La pequeña Sofía se convirtió en la heroína del bosque, y todos los animales acudieron a entregarle pequeños regalos de gratitud.
A partir de ese día, Sofía se dio cuenta de que la casa del bosque no solo era un lugar para jugar, era un lugar mágico con historias mágicas. Ser una heroína la hizo sentir más viva y se prometió a si misma encontrar más aventuras siendo amiga de las criaturas del bosque y el hada siempre que fuera posible.
Desde ese momento, tanto ella como el hada se volvieron grandes amigas y Sofía visitaba su jardín siempre que la naturaleza necesitaba su ayuda. Su hogar se convirtió en un lugar más mágico a medida que crecía y siempre recordaría aquella mágica aventura con sus amigos del bosque.
El final feliz de la historia se celebra en la casa del bosque rodeada de naturaleza y mágicas historias que llenan el corazón de alegría.