La casa del cementerio de la pesadilla infinita

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La casa del cementerio de la pesadilla infinita
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La casa del cementerio de la pesadilla infinita. Érase una vez, en la casa del cementerio de la pesadilla infinita, vivía un ser aterrador llamado Joaquín. Este ser tenía una apariencia espantosa, con largos dientes afilados y piel escamosa.

La gente del pueblo temía a Joaquín y evitaba pasar por la calle donde vivía. Sin embargo, un día, una niña llamada Luna se atrevió a pasar por ahí mientras caminaba hacia la escuela.

Joaquín se asomó por la ventana al escuchar los pasos de la niña y la abordó. Luna, asustada, intentó correr, pero Joaquín le pidió que se detuviera y le explicó que él no era un ser malvado y que en realidad, estaba muy solo.

Luna, conmovida, decidió visitar a Joaquín con frecuencia y eventualmente se convirtieron en amigos. Joaquín le contaba historias que había escuchado en sus tiempos de juventud y, de vez en cuando, hasta jugaban juntos.

Sin embargo, una noche, Luna soñó con una figura oscura persiguiéndola y le preguntó a Joaquín si había oído alguna vez de algo así.

Joaquín le respondió que eso sólo podía ser la pesadilla infinita, un monstruo que perseguía a las personas en sus sueños y los atormentaba por siempre. Luna, asustada, decidió investigar más acerca de esta criatura.

En su investigación, Luna descubrió que la única forma de detener a la pesadilla infinita era pasando por una serie de pruebas en el laberinto maldito y encontrar un amuleto mágico que era capaz de derrotar a la criatura.

Con valentía y determinación, Luna decidió embarcarse en esta misión para salvar a todas las personas del pueblo y finalmente, llegar a recuperar su buen sueño.

En el laberinto maldito, Luna tuvo que sortear diferentes obstáculos, como atravesar un lago de lava hirviendo y pasar por un túnel de espejos engañosos. Finalmente, llegó a una habitación donde encontró el amuleto mágico que buscaba.

Luna regresó a la casa del cementerio de la pesadilla infinita y le explicó a Joaquín su plan para vencer a la criatura. Joaquín, aunque al principio se mostró escéptico, decidió acompañar a Luna en su lucha contra la pesadilla infinita.

Armados con el amuleto, las dos criaturas entraron en el sueño de la niña, sólo para encontrarse con el monstruo persiguiéndola. Luna lanzó el amuleto y la pesadilla infinita desapareció en una explosión brillante.

Cuando Luna se despertó, se dio cuenta de que su sueño estaba en calma y que ya no estaba siendo perseguida. Joaquín, agradecido, le agradeció a su amiga por haberle enseñado que la verdadera amistad no depende del aspecto físico de las personas o seres, sino de su interior.

Desde ese día, Luna y Joaquín se convirtieron en los mejores amigos y dejaron de lado los prejuicios que el pueblo tenía sobre ellos. Y aunque nunca se olvidaron de la noche en la que derrotaron a la pesadilla infinita, siempre la recordaron como una noche en la que unieron sus fuerzas y derrotaron el mal juntos. Y juntos permanecieron, para siempre.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
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