La casa del laberinto del terror eterno

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La casa del laberinto del terror eterno
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La casa del laberinto del terror eterno. Érase una vez una casa muy especial, conocida como la Casa del Laberinto del Terror Eterno. Se encontraba en el centro de un hermoso jardín, rodeada de árboles frutales que daban los frutos más deliciosos. Muchos niños y niñas se acercaban para verla y, aunque sabían que dentro se escondían muchos sustos, no podían resistirse a la curiosidad de entrar.

Un día, un grupo de amigos decidió visitar la casa. Habían oído hablar mucho de ella y, aunque tenían miedo, estaban muy emocionados. Decidieron que entrarían todos juntos para darse ánimo.

Al entrar, se encontraron en un gran pasillo oscuro, lleno de puertas a ambos lados. No sabían por dónde comenzar, así que eligieron la primera puerta que vieron a su izquierda y la abrieron. ¡Qué gran sorpresa se llevaron al encontrarse con un gran tigre de peluche!

Aunque al principio se asustaron, pronto se dieron cuenta de que no había nada que temer. La casa era simplemente un lugar divertido y lleno de sorpresas. Con esa confianza, decidieron seguir explorando.

La siguiente puerta que abrieron era la de una habitación llena de globos de colores. Era tan hermosa que se quedaron boquiabiertos al verla. Decidieron quedarse un rato disfrutando del ambiente alegre y juguetón, y comenzaron a hacer formas con los globos.

Cuando se levantaron para continuar explorando, se toparon con una criatura peluda que los miraba fijamente. No parecía ser peligrosa, así que se acercaron y descubrieron que era un tierno perrito que los invitaba a seguirlo. Lo siguieron hasta una sala donde había una gran mesa rodeada de deliciosas golosinas. Todos se emocionaron y comenzaron a devorar los dulces.

De repente, se escuchó un ruido fuerte en la habitación de al lado. Era un sonido extraño, como un zumbido. Supieron que debían investigar qué sucedía. Al abrir la puerta se encontraron con una habitación llena de abejas. Aunque al principio se asustaron, se dieron cuenta de que las abejas eran amigables, y que guardaban una sorpresa en un panal de miel. Se acercaron, sacaron un poco de miel y la probaron. ¡Era la miel más deliciosa que habían comido en su vida!

Continuaron explorando y descubrieron que la casa tenía muchas habitaciones más. Una de ellas era un jardín interior lleno de hermosas flores. Descansaron allí un momento y se maravillaron contemplando la naturaleza. Otra habitación tenía una piscina de pelotas enormes, en la que se sumergieron para jugar. Una tercera habitación era un cine en el que se proyectaban los mejores dibujos animados.

De repente, se escuchó una voz que venía del final de un largo pasillo. Era una voz oscura y siniestra que los llamaba. Aunque sabían que podía ser peligroso, su curiosidad era más fuerte. Decidieron aventurarse al final del pasillo.

Al llegar a la habitación, se encontraron con un hombre espeluznante que se reía. Parecía más pequeño que ellos, pero estaba cubierto de telarañas y se movía de manera extraña. Los niños temblaron de miedo, pero en seguida se dieron cuenta de que el hombre no era más que un disfraz y que detrás estaba el dueño de la casa disfrazado. Al quitar la máscara, reveló su verdadera identidad y se presentó como un mago.

El mago les contó que había creado la casa del laberinto para distraer a los niños y niñas, para que no se aburrieran en las tardes de verano. Les dijo que había en ella muchas sorpresas y juegos divertidos, pero que también habían diseñado algunos sustos para hacer el recorrido más entretenido.

Los niños y niñas se divirtieron mucho con el mago y con todos los juegos que había en la casa del laberinto. Aprendieron que no hay nada que temer cuando se tiene valor y que, a veces, los miedos no son más que apariencias.

Finalmente, se despidieron del mago, agradecidos por haber podido conocer esa casa tan especial. Se marcharon juntos, felices y con el corazón lleno de alegría, recordando las aventuras vividas en la Casa del Laberinto del Terror Eterno.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
La casa del laberinto del terror eterno
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