El bosque embrujado de Halloween. Érase una vez en el bosque embrujado de Halloween, un pequeño ratón llamado Remy. Remy vivía en una pequeña cueva al lado de la espesa maleza y siempre iba en busca de semillas y frutos para su supervivencia.
Un día, mientras caminaba por el bosque buscando comida, tropezó con una calabaza enorme que estaba en su camino. La calabaza estaba cubierta de gusanos y parecía estar en mal estado. Remy decidió no tocarla y seguir su camino.
Mientras tanto, el malvado espíritu de Halloween, un gran murciélago negro llamado Drácula, estaba observando desde arriba. Le encantaba asustar a los habitantes del bosque y buscaba su próxima víctima. Al ver a Remy, pensó que sería divertido asustar al pequeño ratón.
Drácula voló hacia Remy y aterrizó justo al lado de él, haciendo que Remy saltara de miedo. El murciélago negro comenzó a reírse y se burló de Remy por ser un ratón asustadizo.
Remy se sintió intimidado por Drácula. Pero no fue por mucho tiempo cuando recordó algo que su mamá le decía siempre.
«Si estás asustado, levanta la cabeza y sigue adelante».
Remy levantó su cabeza, se dio cuenta que Drácula era solo un murciélago travieso y pensó que era momento de seguir adelante sin tener miedo.
Drácula notó que Remy no estaba tan asustado como él esperaba, así que decidió que necesitaba un plan diferente para asustarlo de verdad. Decidió llevarlo más adentro del bosque, a una parte que era aún más oscura y peligrosa.
Remy caminó detrás de Drácula quien volaba velozmente hacia una gran cueva en las profundidades del bosque. La cueva parecía estar llena de telarañas y sus murciélagos encuentros.
Remy se dio cuenta de que el lugar no era seguro y se acercó a Drácula para decirle que quería regresar. Pero Drácula tenía otros planes en mente. Remy, en un momento de descuido, cayó en las garras de Drácula.
El murciélago oscuro lo miró con una sonrisa malvada y pensó que tendría mucho más tiempo para jugar con el pequeño ratón asustado. Pero antes de que pudiera hacer algo, un sonido estruendoso lo hizo saltar de un extremo a otro.
Era una gran explosión que venía desde lejos, y el súbito ruido asustó a Drácula y a Remy. Drácula dejó caer a Remy en el suelo y voló hacia lo que causó la explosión.
Remy se quedó atrás, confundido y asustado. Pero después de unos momentos, se dio cuenta de que es era su oportunidad de escapar. Comenzó a correr de regreso a su cueva, en busca de su hogar.
Después de correr por un buen rato, Remy llegó a su cueva, a salvo y sin daño. Se dio cuenta de que los murciélagos nunca lo seguirían a casa, dado que tenía un radar muy distinto al de ellos.
Ahora Remy sabía que nunca lo volverían a engañar para llevarlo a una trampa. Él aprendió lo valioso que era seguir su instinto y no tener miedo a enfrentar el peligro.
A partir de ese día, Remy se convirtió en el ratón más valiente del bosque embrujado de Halloween. Además, comenzó a llevar consigo una calabaza menos podrida, pero sí llena de semillas como símbolo de su valor y muy significativo por el día en que conoció a Drácula.
La cueva llena de murciélagos quedó en el olvido, como una trampa que le permitió a este valiente ratón aprender la lección más importante de su vida. No te dejes intimidar por el miedo, levanta tu cabeza y sigue adelante. Siempre hay una forma de ahuyentar tus temores y conquistar tus metas.