El esqueleto de Halloween. Érase una vez, en un cementerio muy lejano, vivía un esqueleto llamado Huesito. Él era diferente a los demás esqueletos, ya que no le gustaba asustar a las personas que pasaban por allí, sino que prefería jugar y divertirse con ellos.
Huesito se sentía un poco triste cada Halloween, porque todos los demás esqueletos estaban ocupados asustando a la gente y él se sentía solo. Había intentado asustar también, pero no era lo suyo, ¡lo que él quería era tener amigos!
Un día, Huesito vio a un grupo de niños que pasaban por el cementerio. Se acercó a ellos de manera amigable y les preguntó si querían jugar a algo. Los niños se asustaron al principio, pero al ver que Huesito solo quería jugar, se divirtieron mucho con él.
Así, Huesito se convirtió en el amigo de todos los niños del pueblo y juntos pasaban el día jugando y haciendo travesuras. A veces, los niños se divertían tanto que se olvidaban de la hora y Huesito les recordaba que era hora de regresar a sus casas.
Un Halloween, Huesito decidió que quería hacer algo especial para sus amigos, así que se disfrazó de un espantapájaros y les pidió a los niños que también se disfrazaran. Juntos, hicieron una fiesta en el cementerio, con música, dulces y muchas risas.
Los niños se divirtieron tanto que se olvidaron de lo tarde que era. Huesito les recordó que tenían que regresar a sus casas antes de que sus padres se preocuparan. Los niños le agradecieron a Huesito la fiesta y se fueron prometiendo volver el próximo Halloween.
A pesar de que los demás esqueletos seguían asustando a la gente, Huesito sabía que él era feliz con sus amigos y con su forma de ser diferente. Aprendió que no era necesario asustar a los demás para tener amigos, y que la amistad y el amor eran mucho más valiosos que cualquier otra cosa en el mundo.
Desde ese día en adelante, Huesito compartió su alegría y amistad con todos los que pasaban por el cementerio, sin importar si eran humanos o esqueletos. Él sabía que su forma de ser era única y especial, y eso lo hacía sentir muy feliz.
Si alguna vez te encuentras en un cementerio y ves un esqueleto diferente, no tengas miedo, ¡tal vez sea Huesito, el esqueleto más amable y divertido de todos!