Los ositos y su amistad con la abeja

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Los ositos y su amistad con la abeja
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Los ositos y su amistad con la abeja. Érase una vez en un bosque muy lejano, unos ositos que vivían juntos en una cueva. Eran muy amigos y siempre pasaban tiempo juntos. Uno de los pasatiempos favoritos de los ositos era buscar miel. Les encantaba comerla y siempre estaban buscando la manera de encontrar un buen panal.

Un día, mientras buscaban miel, encontraron en una flor un pequeño insecto volador con rayas negras y amarillas, era una abeja. Los ositos se asustaron un poco al principio, no sabían qué hacer. Pero la abeja les habló con una voz dulce y les dijo:

-No tengáis miedo, soy una abeja y estoy aquí para ayudaros.

Los ositos se acercaron a la abeja y le preguntaron cómo podían encontrar miel. La abeja les dijo que ella podía llevarles al mejor panal que conocía, pero que ellos tenían que prometerle que no intentarían comer toda la miel de una sola vez, sino que la compartirían con los demás animales del bosque.

Los ositos prometieron que serían justos y que no serían egoístas con la miel que encontraran. La abeja confió en ellos y los llevó al panal más grande y dulce del bosque.

Los ositos se comieron un poco de miel y estaban tan felices que empezaron a cantar y bailar. Pero de repente, oyeron un sonido extraño. Era un pequeño pájaro que estaba atrapado en una rama y no podía volar.

Los ositos se miraron, sabían que tenían que ayudar al pequeño pájaro. Recordaron la promesa que le habían hecho a la abeja y decidieron compartir la miel con el pájaro. Así que sacaron un poco de miel del panal y la pusieron en el pico del pájaro.

El pájaro agradecido, empezó a cantar una hermosa canción. Los ositos sentían una gran alegría de ayudarle. En ese momento, se dieron cuenta de que habían hecho lo correcto compartiendo la miel.

Pero la sorpresa aún no había terminado, de pronto llegó un zorro hambriento y comenzó a perseguir a los ositos, hasta que llegó la abeja para ayudarlos. La abeja picó al zorro en el hocico y así logró detenerlo. Los ositos estaban felices y agradecidos con la abeja por salvarlos.

La abeja les dijo que estaba contenta con ellos, porque habían sido amables y generosos. Les enseñó que en la naturaleza, todos los seres vivos necesitan ayudarse unos a otros y compartir lo que tienen.

Desde ese día, los ositos se convirtieron en amigos de la abeja y siempre compartían con los demás animales del bosque. La abeja continuó guiándolos hacia los mejores lugares para encontrar miel y los ositos siempre le estaban agradecidos.

Así, la amistad entre los ositos y la abeja se fortaleció y se convirtió en un hermoso ejemplo de cómo las diferencias no son importantes cuando se trata de ser amigos y ayudarse mutuamente. Los ositos aprendieron que la amistad es algo muy valioso y que siempre deben estar dispuestos a compartir y ayudar a los demás.

Y así se termina esta historia, una historia en la que la solidaridad, el amor y la amistad se combinan para crear un mundo mejor. Los ositos y la abeja nos enseñan a ser amables y generosos, y nos recuerdan que todos podemos trabajar juntos para hacer de este mundo un lugar más feliz y justo para todos.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
Los ositos y su amistad con la abeja
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