Los ositos y la fiesta de disfraces en el bosque. Érase una vez en un bosque encantado, habitado por muchos animales, vivían tres ositos: Osito marrón, Osito blanco y Osito negro. Los tres eran muy amigos y siempre jugaban juntos. Un día, mientras paseaban por el bosque, los ositos hablaban sobre lo aburrida que estaba siendo su semana. Pero de repente, Osito marrón dijo: «¡Eh! ¿Qué tal si hacemos una fiesta de disfraces?»
Osito blanco y Osito negro le miraron con asombro. «¡Esa es una idea genial!» exclamó Osito negro.
Los ositos planearon su fiesta durante toda la semana. Osito marrón se encargó de la comida mientras que Osito blanco se encargó de las decoraciones. Osito negro, siendo el más listo de los tres, asumió el papel de organizador y aseguró que todo saliera bien.
Finalmente llegó el gran día y los ositos estaban emocionados. Les encantaba llamar a sus amigos del bosque para su fiesta de disfraces. Llamaron a Conejo y a Zorro, quienes aseguraron que estarían allí, y también hablaron con Ardilla y con Ratón, quienes se mostraron muy ilusionados con la idea de una fiesta.
La fiesta comenzó en la tarde, cuando el sol comenzó a ponerse en el bosque. Los invitados comenzaron a llegar y como sorpresa, Osito blanco había preparado una mesa llena de dulces y golosinas que hicieron que todos se relamen las patas. Osito marrón, con su sonrisa amistosa, parado justo al lado de la mesa, les decía «Sirvete, querido amigo»
Fue entonces cuando Osito negro salió con una sorpresa. «Hoy tendremos un concurso de vestuario,» dijo. «¡El que tenga el mejor disfraz recibirá un premio!». Los ositos comenzaron a mostrar sus disfraces: conejo llevaba un sombrero de copa y su chaqueta azul y Zorro llevaba una capa roja sólo para impresionar a los demás.
Después de mucho discutir, los ositos eligieron al ganador y fue Ardilla con su disfraz de mariposa. Ardilla saltó de felicidad al recibir su premio y prometió que lo conservaría para siempre.
La fiesta continuó con los juegos y las risas hasta que la noche llegó. Los invitados comenzaron a marcharse, agradeciendo a los ositos por un día muy divertido. Los ositos estaban felices de ver a sus amigos divirtiéndose en su fiesta.
Mientras se despedían, todos juraron que la próxima vez sería mejor y que volverían a reunirse pronto. Los ositos cogieron sus osos y se prepararon para dormir, muy felices por haber tenido una fiesta tan divertida.
Y así, los ositos aprendieron una valiosa lección: que el trabajo en equipo y la organización eran fundamentales para el éxito. Desde ese día, se comprometieron a hacer más fiestas juntos y siempre se aseguraron de que todo estuviera planeado y organizado con antelación.
Desde esa noche, los ositos continuaron haciendo fiestas y reuniones hasta que el bosque se convirtió en un lugar lleno de amigos. Y a pesar de que la vida de los animales en el bosque era divertida y emocionante, nunca olvidaron lo importante que es el trabajo en equipo y la amistad en todo la vida.