Los ositos y el gran concierto musical en el bosque. Érase una vez, en un bosque muy lejano, vivían unos ositos muy especiales. Había un osito llamado Peluche, otro llamado Caramelito y un último llamado Chocolate. A estos ositos les encantaba la música y siempre que alguien tocaba algún instrumento, ellos estaban presentes para disfrutar de la melodía.
Un día, los ositos oyeron que en el bosque se iba a realizar un gran concierto musical. Los tres ositos estaban muy emocionados, porque nunca habían ido a un evento de este tipo. Peluche preguntó al conejo Correcaminos sobre el concierto y este le explicó que iban a tocar muchos instrumentos y que todos los animales de la selva estaban invitados.
Los ositos querían ir, pero no sabían cómo hacer para poder aportar algo al concierto. Entonces, tuvieron una idea. Chocolate dijo: «Podríamos llevar una guitarra que mi abuelo hizo para mí». Caramelito añadió: «Y yo tengo un tambor que mi abuela me regaló». Peluche comentó: «Y yo puedo llevar mi voz para cantar».
Los tres ositos se pusieron manos a la obra para preparar los instrumentos y la canción que Peluche iba a cantar. Durante varios días, ensayaron y ensayaron para que todo quedara perfecto.
Llegó el día del gran concierto y los ositos estaban muy emocionados. Cuando se acercaron al lugar del evento, se dieron cuenta de que había muchos animales allí. Desde lejos se podían oír ya los primeros acordes de la música. Era algo mágico para ellos.
Al entrar, vieron que había muchísimos instrumentos, muchos más de los que habían visto nunca antes. Los ositos se sentaron en primera fila, al pie del escenario, donde podían ver y escuchar todo a la perfección.
La música del concierto era tan hermosa que los ositos no podían dejar de mover sus patas al ritmo. De repente, Peluche vio a un oso que cantaba en el escenario y le pareció increíble. «¡Eso es lo que quiero hacer yo!», pensó.
Cuando la canción terminó, los ositos se acercaron a hablar con el oso que había cantado. Le explicaron cómo habían estado ensayando durante días para el concierto y él se sorprendió mucho. Les dijo que los niños como ellos eran los que hacían la música aún más especial.
El sol empezó a ponerse y la noche llegó al bosque. Los ositos ya habían disfrutado de todo lo que el concierto les ofreció, pero ellos querían hacer algo especial para todos los demás. Entonces, recordaron los instrumentos que habían llevado Consiguieron un pequeño espacio en el escenario y comenzaron a tocar.
Peluche cantaba y Caramelito tocaba el tambor, mientras que Chocolate tocaba su guitarra. Su música era tan hermosa que todos los otros animales comenzaron a moverse al ritmo. Los ositos estaban tan felices, porque finalmente habían podido contribuir con algo.
De repente, delante de ellos apareció un gran oso. Todos los animales de la selva lo conocían como el oso más grande y más fuerte. Este oso les dijo que estaba impresionado por su música. «Han sido ustedes los que han hecho que el concierto sea aún más especial para todos», dijo.
Al escuchar esto, los ositos se sintieron más seguros de sí mismos. Ellos habían contribuido a un evento maravilloso, y habían sido reconocidos por hacerlo. Y lo más importante, habían disfrutado de la música y del amor que se creaba en la selva con ella.
A partir de entonces, los ositos y el gran oso se hicieron amigos, y a menudo se iban de pesca y de paseo juntos a lo largo del bosque. Todo gracias a la música que los unió ese día. Y así es como los ositos se convirtieron en los músicos más famosos del bosque, gracias a su amor y entusiasmo por la música.