Las ositas y el bosque de los unicornios

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Las ositas y el bosque de los unicornios
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Las ositas y el bosque de los unicornios. Érase una vez, en el corazón del bosque encantado, dos ositas llamadas Luna y Estrella que vivían felices en su cueva. Ellas eran inseparables y amaban explorar el bosque juntas, descubriendo nuevos tesoros en cada aventura.

Un día, mientras caminaban por el bosque, vieron una luz brillante a lo lejos y decidieron seguirla. Cuando llegaron, se encontraron con un hermoso unicornio blanco que les recibió con alegría. El unicornio se presentó como Majestad y les invitó a entrar en su gran palacio, en el Bosque de los Unicornios.

Las ositas nunca habían visto a un unicornio antes, pero estaban encantadas. El palacio estaba lleno de brillantes cristales y joyas, y además, estaba lleno de magia.

Majestad les mostró todo el lugar y les dijo que estaban allí para ayudarle. El Bosque de los Unicornios estaba en peligro, ya que alguien había robado la fuente de la magia del bosque, una gran piedra repleta de poder mágico. Sin esa fuente de magia, el bosque estaba perdiendo su brillo y la vida de los habitantes del bosque estaba amenazada.

Luna y Estrella prometieron ayudar a Majestad a encontrar la fuente de la magia. Juntos, comenzaron a buscar por todo el bosque, preguntando a los habitantes del lugar si habían visto algo extraño últimamente.

Finalmente, se enteraron de que un villano malvado llamado Shank había robado la fuente de la magia de Majestad. Cuando fueron a hablar con Shank, este les dijo que él necesitaba la piedra para su propio uso y no la devolvería. Pero las ositas no se iban a dar por vencidas tan fácilmente.

Entonces, Luna y Estrella idearon un plan. Shnk estaba obsesionado con el poder mágico, y con su obsesión, había perdido su habilidad para pensar con claridad. Por eso, Luna y Estrella idearon distraerlo mientras Majestad recuperaba la piedra.

Con un poco de astucia y habilidad, lograron que Shank se quedara dormido. Majestad, cuidadosamente tomó la piedra mágica y la llevó de vuelta a su palacio. Cuando la piedra fue devuelta a su lugar, el bosque volvió a brillar y la vida fue restaurada.

Majestad les agradeció a Luna y Estrella por su ayuda y les concedió el mayor honor que se le podía dar a un animal del bosque: Les concedió el título de protectoras del Bosque de los Unicornios.

Las ositas estaban radiantes de felicidad y honradas. A partir de entonces, juraron proteger al bosque a toda costa y ayudar a Majestad en todo lo que necesitara para mantener el bosque radiante y con vida.

Y así, Luna y Estrella vivieron felices para siempre, protegiendo y cuidando el Bosque de los Unicornios. Y cada noche, cuando la luna brilla en el cielo, las ositas corren por el bosque, recordando su aventura con Majestad y su gran promesa de proteger a su hogar y a sus hermosos habitantes.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
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