El conejo al rescate. Érase una vez, en un bosque muy lejano, un conejo muy valiente llamado Tito. Todos los animales del bosque querían ser amigos de Tito, ya que él siempre estaba dispuesto a ayudarlos en cualquier situación.
Un día, mientras Tito tomaba un paseo por el campo, escuchó un fuerte llanto que provenía de un árbol cercano. Al acercarse, encontró a una pequeña ardilla atrapada en una rama alta y no podía bajar.
Tito, con mucha valentía, saltó y saltó hasta que llegó a la ramita donde se encontraba la pobre ardilla. Con mucho cuidado, la tomó entre sus brazos y la llevó a tierra firme. La ardilla estaba muy agradecida y le prometió a Tito que siempre estaría allí para ayudarlo cuando lo necesitara.
Pocos días después, Tito estaba pasando junto al lago tranquilamente cuando escuchó a un sapo asustado, gritando por la orilla.
Tito corrió para ver qué estaba sucediendo y encontró al sapo atrapado en una rama en la superficie del agua. Con mucho cuidado, Tito trepó al árbol y saltó al agua para liberar al sapo de las ramas. El sapo estaba muy agradecido, y también le prometió a Tito que siempre estaría allí para ayudarlo cuando lo necesitara.
Pero un día, cuando Tito estaba navegando por el bosque, un pájaro malvado lo atrapó y lo puso en una jaula. Tito intentó escapar de la jaula, pero era imposible, por lo que comenzó a gritar pidiendo ayuda.
La ardilla escuchó los gritos de Tito y corrió para ver qué estaba sucediendo. Cuando descubrió que estaba atrapado en una jaula, llamó a sus amigos en el bosque para que pudieran ayudar a Tito a escapar.
Los animales del bosque llegaron en un abrir y cerrar de ojos, y juntos deliberaron un plan para liberar a Tito de la jaula. El ratón sugirió roer los barrotes de la jaula, el sapo ofreció saltar al pájaro malvado para entretenerlo, mientras que la ardilla y el ciervo buscarían una buena piedra para quitar el candado de la jaula.
Cada uno de los animales del bosque trabajó en su tarea, y una vez que todo estuvo preparado, llevaron a cabo el plan. El ratón roía los barrotes de la jaula, el sapo saltaba delante del pájaro para distraerlo, la ardilla y el ciervo empezaron a quitar el candado.
Finalmente, el candado se abrió y Tito salió corriendo, lamiéndose una vez más la piel delgada después de tanto tiempo en la jaula. Todos los animales del bosque festejaron en agradecimiento a la valentía y el esfuerzo de cada uno de ellos para rescatar a su amigo Tito.
Desde ese día, la amistad entre los animales del bosque se hizo más fuerte, y Tito, la ardilla, el ratón, el sapo y el ciervo vivieron juntos, felizmente, haciendo las aventuras más emocionantes y salvando a todos los que necesitan de su ayuda.
Y asimismo, el ejemplo de valentía y amistad de Tito se extendió por todo el bosque, suscitando la admiración y respeto de todos los animales que sabían de la trascendencia de su bondad.
