Los Dinosaurios y el Arcoíris Mágico. Había una vez un grupo de dinosaurios que habitaban en un gran bosque lleno de vida y color. Estos hermosos animales eran amados por todos los habitantes del bosque gracias a su gran tamaño, fuerza y ferocidad. Los dinosaurios eran conocidos por ser temibles pero también muy protectores y cariñosos con los más pequeños del bosque. Además, eran los reyes del bosque, no había nada que pudiera vencer su poderío.
Un día, mientras los dinosaurios se encontraban en plena cacería, se encontraron con algo que jamás habían visto antes. Una pequeña criatura de color verde y un brillo especial en los ojos se acercó a ellos lentamente. Los dinosaurios se detuvieron en seco, sorprendidos y un poco asustados por la aparición de esa criatura. Al acercarse, la pequeña criatura les dijo:
-¡Hola! Mi nombre es Gizzy y soy un hada mágica. ¿No han visto alguna vez un hada?
Los dinosaurios se miraron unos a otros con asombro. Jamás habían visto una criatura tan pequeña y mágica como esa en el bosque. Gizzy los miró fijamente y notó el miedo en sus ojos, así que decidió hablarles con dulzura:
-No tengan miedo, no vine a hacerles daño, vengo a regalarles un gran poder.
Los dinosaurios miraron con más atención a Gizzy y decidieron escucharla. La pequeña hada extendió sus alas y les dijo:
-En momentos de gran peligro, pueden invocar mi nombre y tendrán un gran poder mágico como el mío para protegerse.
Los dinosaurios estaban atónitos. ¿Podrían tener ellos, los reyes del bosque, un poder mágico en su interior?
-Miren aquí -dijo Gizzy mientras tocaba con su varita mágica el lomo del dinosaurio más grande-. Ahora invocaré mi magia y cuando lo haga, sentirán un nuevo poder en su interior.
La pequeña hada hizo unos movimientos con su varita mágica y de repente, los dinosaurios sintieron algo extraño en su interior. Era una especie de energía que los hacía sentir más fuertes, más temibles.
-¡Increíble! -dijo el dinosaurio más grande con asombro-. ¿Cómo podemos agradecerte el gran regalo que nos das?
-Sólo confíen en su poder y serán los protectores del bosque para siempre. Recuerden que siempre estaré aquí si necesitan mi ayuda -dijo Gizzy mientras se desvanecía en el aire.
Los dinosaurios, con su nuevo poder en su interior, volvieron al bosque dispuestos a proteger a cada criatura que lo habitaba. Todos los animales, grandes y pequeños, se maravillaron con el nuevo poder de esos grandes animales, que no sólo eran feroces sino que ahora tenían algo mágico que los hacía aún más poderosos.
Después de aquel día, los dinosaurios empezaron a tener una nueva mirada sobre su hogar, sabían que debían cuidarlo y protegerlo siempre. Así que se dedicaron a patrullar el bosque en busca de cualquier problema que pudiera presentarse.
Un día, mientras paseaban por el bosque, encontraron a un pequeño conejo llorando detrás de un árbol. El conejo les contó que un zorro lo había atacado y había robado todas las zanahorias que había recolectado para el invierno.
Los dinosaurios, invocando el poder mágico que habían recibido, buscaron al zorro y lo encontraron. El ataque del zorro fue feroz, pero los dinosaurios lograron vencerlo gracias a su fuerza y magia, recuperando las zanahorias y salvando al conejo.
El pequeño conejo agradeció a los dinosaurios su ayuda y todos los demás animales del bosque se unieron para darles las gracias por haber protegido a su amigo. Los dinosaurios se sintieron felices y orgullosos de poder ayudar en cualquier situación de peligro.
Desde ese día, los dinosarios se dedicaron a proteger a todas las criaturas del bosque, desde el más pequeño al más grande, y gracias al regalo mágico que Gizzy les hizo, se convirtieron en los mayores protectores del bosque de todos los tiempos.
De esta forma, los dinosaurios aprendieron que además de ser temibles y feroces, también podían ser protectores y bondadosos, lo que les permitió tener una reputación aún mejor entre todos los animales del bosque. El bosque era un lugar más feliz y seguro gracias a ellos.
Y así, los dinosaurios se transformaron en héroes legendarios del bosque, siempre dispuestos a proteger y cuidar a cada criatura con el gran poder mágico que Gizzy les había brindado. Sin duda, aquel día en el que encontraron a la pequeña hada mágica fue un día muy especial, un día que nunca olvidarían.