Un pulpo de garaje

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Un pulpo de garaje
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Un pulpo de garaje. Érase una vez, en un pequeño pueblo junto al mar, vivía un pulpo llamado Olivia. Olivia vivía en el océano con su familia y amigos, pero un día decidió emprender una aventura. Nadó y nadó hasta llegar a la orilla, donde encontró un garaje.

El garaje estaba oscuro y mohoso, pero Olivia tenía curiosidad y quería explorar. Se deslizó y se abrió paso a través del estrecho espacio, maravillándose de todos los objetos extraños que encontró. Vio viejas latas de aceite, herramientas oxidadas e incluso un viejo bote que se había dejado pudrir.

Mientras exploraba más, Olivia encontró una caja llena de pelotas de tenis. Nunca antes había visto algo así, y estaba fascinada. Cogió uno con sus tentáculos y empezó a jugar con él, tirándolo y observándolo rebotar.

Olivia siguió jugando con las pelotas de tenis durante horas, perdiendo la noción del tiempo. Se estaba divirtiendo tanto que ni siquiera se dio cuenta cuando un grupo de niños entró al garaje. Los niños se sorprendieron al ver un pulpo en el garaje, pero también tenían curiosidad y querían saber más sobre ella.

Olivia estaba asustada al principio, pero los niños eran amables y gentiles. Le enseñaron a jugar aún más con las pelotas de tenis, e incluso le dieron un recorrido por el resto del garaje. Olivia tuvo el mejor día de su vida y prometió volver pronto para visitar a los niños.

Cuando el sol comenzó a ponerse, Olivia se despidió de los niños y regresó al océano. No podía esperar para contarle a su familia y amigos sobre su emocionante aventura en el garaje. Sabía que siempre atesoraría los recuerdos de su tiempo con los niños, y no podía esperar para hacer aún más nuevos amigos.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
Un pulpo de garaje
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