El León en el Museo de Historia Natural

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El León en el Museo de Historia Natural
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El León en el Museo de Historia Natural. Érase una vez, en el Museo de Historia Natural, un gran león que vivía dentro de una vitrina. El león era de tamaño real y estaba ahí para que los visitantes lo vieran y aprendieran sobre su vida en África.

Todos los días, los niños y niñas que visitaban el museo se acercaban a la vitrina y se maravillaban de lo grande y fuerte que era el león. El león, por su parte, sentía una gran tristeza al estar encerrado en una vitrina y no poder corretear en su hábitat natural.

Una tarde, mientras el museo estaba cerrando, el león escuchó unos ruidos extraños. Al principio pensó que eran obras de mantenimiento, pero al prestar atención, oyó las voces de unos niños. Éstos se habían escapado de sus padres y estaban correteando por el museo en plena noche.

El león, emocionado por la posibilidad de escapar de la vitrina, les pidió ayuda. “Hola niños, ¿podrían ayudarme a salir de aquí?”. Los niños, sorprendidos por el león hablador, miraron a su alrededor y no veían a nadie. Fue entonces que el león les explicó que estaba en la vitrina y que llevaba mucho tiempo encerrado.

Los niños no sabían cómo ayudar al león, pero uno de ellos sugirió llamar a los bomberos para que lo sacaran del museo. Sin embargo, el león no quería causar problemas y asustar al guardia nocturno, así que pidió a los niños que lo sacaran ellos mismos. Los niños fruncieron el ceño y empezaron a pensar en cómo sacar al león, y así fue como se les ocurrió la idea más brillante.

Los niños llevaron al león a una sala de conferencias dentro del museo, donde había una pila de sábanas y almohadas. Con la ayuda de algunos juguetes, construyeron una especie de carruaje para transportar al león a través de las puertas del museo.

Con mucho cuidado y atención, los niños ayudaron al león a subirse al carruaje y lo cubrieron con una gran sábana para evitar que los guardias nocturnos lo vieran. Con la llave prestada del vigilante, los niños se abrieron paso lentamente hacia la salida del museo.

Afortunadamente, los guardias nocturnos estaban muy compenetrados en su juego de cartas, así que no se dieron cuenta de la salida del león. Los niños, sabiendo lo difícil que sería para el león sobrevivir en la ciudad, lo llevaron directamente a la estación de tren.

Con la ayuda de uno de los conductores, el león montó en un tren con destino a África. Los niños se aseguraron de que el león tuviera agua y alimentos suficientes para el viaje y esperaron en la estación hasta que el tren partió.

Desde entonces, los niños que sacaron al león del museo se quedaron con el secreto de su gran aventura. Pero aunque el león volvió a su hábitat natural, nunca olvidó la amabilidad de aquellos niños que lo salvaron del encierro en la vitrina del museo. Cada vez que se acordaba de ellos, el león dejaba escapar un rugido de agradecimiento que resonaba en toda la sabana.

Y así es como el león del Museo de Historia Natural fue a parar a su hogar en África, gracias a la valentía y la imaginación de unos niños dispuestos a hacer lo que fuera necesario para hacer feliz a un gran y fuerte león.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
El León en el Museo de Historia Natural
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