Pulpi y el pulpo malabarista. Érase una vez en un fondo marino de cristal,debajo de un arrecife de coral, vivía un pequeño pulpo llamado Pulpi. Era un pulpo muy especial, tenía una gran habilidad para lanzar los objetos al aire y atraparlos de vuelta con sus tentáculos. Era un auténtico pulpo malabarista.
Un día, mientras jugaba al malabares, encontró un anillo dorado en el fondo del mar. Como era muy curioso, decidió llevar el anillo a la superficie para investigarlo mejor, aunque estaba asustado porque solo había nadado en las profundidades del mar.
Pulpi, con mucha fuerza, se empujó hacia arriba y consiguió salir del agua. Se encontró con un mundo completamente nuevo que no conocía, lleno de árboles, coches y gente muy extraña.
A pesar de estar un poco confundido, Pulpi no perdió su curiosidad y decidió explorar su nuevo entorno. De repente, vio a lo lejos un circo especial. El cartel decía: «¡Circo de los animales más increíbles del mundo!».
Pulpi no lo pensó dos veces y decidió entrar en el circo. El público estaba ansioso por ver el espectáculo, pero aún faltaba un número por salir al escenario. Los payasos estaban preparados y los leones se estaban calentando.
De repente, el director salió al escenario y anunció que el próximo número sería un pulpo malabarista. Pulpi no podía creerlo, ¡era él! El pulpo malabarista que todos estaban esperando para ver.
El pequeño Pulpi subió al escenario y comenzó a hacer su espectáculo. Lanzó pelotas, aros y cuchillos al aire. El público estaba maravillado, nunca había visto algo así.
Pero cuando estaba lanzando uno de los cuchillos, una ráfaga de viento lo llevó hasta muy lejos, y Pulpi no pudo atraparlo de vuelta con sus tentáculos. El cuchillo voló hacia la jungla que se encontraba detrás del circo.
Pulpi sabía que debía recuperar el cuchillo lo más rápido posible antes de que alguien pudiera resultar herido. Decidió salir del circo y aventurarse en la jungla. Nunca se había enfrentado a un lugar así y estaba un poco asustado, pero no se rindió.
Finalmente, después de mucho buscar, encontró el cuchillo clavado en un árbol. Pero justo cuando iba a cogerlo con sus tentáculos, un gorila gigante apareció frente a él.
Pulpi estaba petrificado, nunca había visto algo tan grande y peligroso. Pero en vez de huir, se quedó quieto y empezó a lanzar sus tentáculos hacia él, como si lo estuviera haciendo malabarismos. El gorila quedó impresionado por la habilidad de Pulpi y en vez de atacar, empezó a aplaudir.
Después del aplauso, el gorila cogió el cuchillo con sus dedos y se lo entregó a Pulpi. Luego, se dio la vuelta y se alejó caminando lentamente.
Pulpi, con su cuchillo en mano, decidió regresar al circo. El público lo estaba esperando, pero cuando vieron al gorila a su lado, se quedaron aún más asombrados. Era la primera vez que veían a un pulpo y a un gorila interactuando de esa forma.
En ese momento, Pulpi se dio cuenta de que aunque el mundo fuera muy diferente al mar, siempre habrá personas y animales dispuestos a ayudar a los demás. Y decidió seguir explorando y haciendo malabarismos por todo el mundo, siempre llevando consigo su anillo dorado como un recuerdo de su aventura más extraordinaria. Y así, el pulpo malabarista, junto con el gorila, continuaron su camino, enseñando a todos que no hay límites cuando se tiene talento y coraje de explorar nuevos lugares.