Pulpi y la batalla submarina. Érase una vez un pequeño pulpo llamado Pulpi que vivía en el fondo del mar. Pulpi era un pulpo muy curioso y aventurero, siempre explorando y descubriendo nuevos lugares. Un día, mientras nadaba cerca de la costa, escuchó un extraño ruido proveniente del otro lado de la colina submarina.
Curioso, Pulpi decidió nadar hacia el ruido para investigar. Cuando llegó a la cima de la colina, vio algo sorprendente. Había un ejército de tiburones que se dirigían hacia su hogar. Había tiburones martillo, tiburones tigre y tiburones blancos. Todos se estaban preparando para la batalla.
Pulpi comprendió que tenía que hacer algo para proteger su hogar y sus amigos del mar. Así que decidió nadar hasta la ciudad submarina donde vivían los crustáceos. Allí, habló con el consejo de las langostas, los cangrejos y los erizos de mar. Les explicó lo que había visto y les pidió ayuda.
Después de escuchar la historia de Pulpi, el consejo decidió que tenían que unir fuerzas para proteger el hogar submarino. Asignaron tareas y responsabilidades para cada uno de ellos. Los cangrejos levantarían escombros del fondo del mar para construir barricadas, las langostas recogerían conchas filosas para usarlas como armas y los erizos de mar harían las guardias en la entrada de la ciudad.
Pulpi, por su parte, les dijo que él iría a buscar la ayuda de sus amigos del mar en la ciudad vecina. Les prometió que regresaría con una solución para proteger su hogar.
Pulpi nadó a través del corredor de algas verdes y amarillas hasta la ciudad vecina. Allí, habló con el consejo de las rayas, los delfines y los peces payasos. Les explicó la situación y les pidió que lo ayudaran a defender su hogar. Los amigos del mar inmediatamente aceptaron ayudar a Pulpi y le presentaron una idea brillante.
La idea era pedirle ayuda a las ballenas gigantes para que inundaran la costa y alejaran a los tiburones. Las ballenas serían capaces de crear una barrera de agua que los tiburones no podrían cruzar. Todos estaban emocionados con la idea y empezaron a trabajar en ello de inmediato.
Pulpi y sus amigos nadaron de vuelta a su hogar submarino, completamente preparados para la batalla. Las langostas, los cangrejos y los erizos de mar habían construido barreras alrededor de la ciudad y estaban listos para usar sus conchas filosas para proteger su hogar.
De repente, Pulpi vio a los tiburones en el horizonte. Fueron vistosos desde lejos. Los tiburones avanzaron hacia la ciudad. A medida que los tiburones se acercaban, Pulpi y sus amigos sintieron miedo, pero sabían que tenían que luchar para proteger su hogar y sus seres queridos.
Los tiburones se acercaron a las barricadas. Los cangrejos y las langostas lanzaron sus conchas filosas, mientras que los erizos de mar saltaron para atacarlos con sus espinas. Los tiburones intentaron empujar la barricada, pero fue inútil. Por cada tiburón que moría, aparecían más. La batalla duró horas y para Pulpi y sus amigos pareció una eternidad.
Entonces, algo increíble sucedió: las ballenas gigantes aparecieron en el horizonte, nadando hacia la costa. Las ballenas levantaron sus colas y comenzaron a aletear, creando una pared de agua. Con cada aleteo, el agua empujaba a los tiburones hacia el mar abierto. Los tiburones fueron empujados tan lejos que no pudieron volver. Gracias a las ballenas, la batalla estaba terminada.
Pulpi y sus amigos celebraron la victoria juntos. Tenían éxito en proteger su hogar y a sus amigos del mar. Durante la fiesta, Pulpi recordó la importancia de trabajar juntos. Con la ayuda de amigos, pudieron vencer a los tiburones y defender su hogar. A partir de ese día, la ciudad submarina se volvió conocida por su valentía y unidad en la lucha contra el peligro enemigo. Desde entonces, Pulpi se volvió un héroe del mar y líder que brillaba en cada una de sus aventuras. Y así, se convierte en una leyenda que los habitantes del mar aún cuentan en el día de hoy. La leyenda de Pulpi y la batalla submarina para proteger la ciudad del fondo del mar.