El pulpo y la tortuga lenta

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El pulpo y la tortuga lenta
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El pulpo y la tortuga lenta. Érase una vez en el fondo del mar, un pulpo muy presumido y una tortuga lenta. El pulpo era tan vanidoso que siempre se pasaba el día mirándose en el espejo de una roca, mientras que la tortuga se movía con lentitud por el agua.

Un día, el pulpo vio a la tortuga y se burló de su lentitud. La tortuga, algo triste, decidió pedir ayuda a los demás animales submarinos para poder vencer al pulpo en una carrera.

Fue entonces cuando se encontró con un sabio delfín. La tortuga le explicó la situación y el delfín le sugirió que no se preocupara y que se concentrara en lo que ella sabía hacer mejor: nadar con constancia y paciencia.

La tortuga siguió el consejo del delfín y se dedicó a entrenar con constancia cada día. Nadaba con esmero y rapidez para ir mejorando su velocidad, pero nunca abandonaba su paciencia y constancia.

Finalmente llegó el día de la carrera. El pulpo, confiado en su vanidad, se presentó en la línea de salida con una sonrisa en el rostro. La tortuga, por su parte, se presentó en la línea de salida muy nerviosa, sabiendo que debería enfrentarse al pulpo.

El delfín hizo de juez y dio la señal para comenzar la carrera. El pulpo empezó con gran energía, moviendo sus tentáculos con rapidez; en cambio, la tortuga comenzó con gran lentitud, avanzando poco a poco por el agua.

El pulpo, confiado en su velocidad y habilidades saltó fuera del agua para admirarse y ver cómo la tortuga se acercaba lentamente hacia la meta. Para entonces, la tortuga estaba cerca de la línea de llegada, mientras que el pulpo se había sumergido en el agua y se había detenido para mirarse en una concha.

La tortuga finalmente cruzó la línea de llegada, ganando la carrera gracias a su constancia y esfuerzo. El pulpo comenzó a quejarse y a protestar, diciendo que había sido injusto y que no aceptaba la derrota.

Fue entonces cuando el delfín, como juez, le explicó al pulpo que los esfuerzos que había hecho la tortuga para ganar la carrera habían sido mayores que los suyos, y que la constancia y la paciencia eran valores importantes en la vida.

El pulpo se sintió un poco abochornado al oír estas palabras, y le pidió disculpas a la tortuga por haberse burlado de ella antes de la carrera. A partir de ese momento, ambos se hicieron amigos y nadaban juntos por el fondo del mar.

La tortuga había demostrado que con constancia y paciencia había vencido a uno de los animales más vanidosos del fondo del mar, y el pulpo aprendió una gran lección sobre cómo el esfuerzo y la humildad son valores importantes en la vida.

Desde entonces, la tortuga y el pulpo se convirtieron en grandes amigos que se ayudaban mutuamente en el día a día, aprendiendo grandes lecciones de amistad, humildad y perseverancia.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
El pulpo y la tortuga lenta
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