El pulpo y la caracola enemiga. Érase una vez en el fondo del mar, vivía un gran pulpo llamado Octo, era muy inteligente pero solitario ya que todos los demás habitantes del mar le tenían miedo. Octo era un buen pulpo pero su gran tamaño y sus ocho tentáculos le hacían parecer peligroso
Un día, mientras Octo estaba buscando comida, encontró una hermosa concha rosa con una caracola adentro. La caracola se llamaba Lola y desde el primer momento en que se conocieron, se hicieron amigos. Octo y Lola pasaron el día juntos, jugando y explorando todo el fondo del mar.
De repente, cuando Octo y Lola estaban a punto de regresar a su hogar, escucharon una risita malvada. Se asomaron por la algas y allí estaba Canela, una caracola enemiga de Lola que siempre trataba de molestarla. Canela era muy astuta y siempre planeaba cosas malas.
«¿Qué están haciendo juntos, ustedes dos?» preguntó Canela burlonamente. «Mejor te alejas, Lola, antes de que me dé cuenta de que estás aquí».
Octo, que no permitiría que nadie hablara así de su amiga, interrumpió y le dijo a Canela que se largara. Pero Canela no era fácil de disuadir. «Te voy a enseñar una lección», dijo mientras se dirigía hacia ellos.
Canela se dirigió hacia Octo y le lanzó una roca gigante en su cabeza. Octo cayó al suelo, aturdido y herido. Lola trató de ayudar a Octo pero Canela se acercó a ella y le escupió encima. Lola empezó a toser y casi se ahoga por el veneno que Canela había escupido.
«¡Lo siento tanto!», dijo Canela con una risa malvada. «No puedo evitar ser mala».
Octo y Lola regresaron a su hogar muy tristes y asustados. Octo se quejaba de la cabeza y Lola no dejaba de toser y toser. El pequeño amigo de Octo, el pez Payaso llamado Nemo, rápidamente los encontró y los llevó al médico del mar.
El Doctor le preguntó a Octo y Lola lo que les había pasado. Después de escuchar su historia, el Doctor supo que debía hacer algo para detener a Canela. Convocó una reunión con todos los habitantes del mar y les contó lo que había sucedido. Todos estaban de acuerdo en que Canela no debía seguir haciendo maldades..
Finalmente, los residentes del mar se unieron para detener a Canela. Fue capturada y se le insertó un chip en la cabeza para que no pudiera ser mala de nuevo. Octo y Lola fueron declarados héroes del mar, y desde entonces, muchos otros habitantes del mar se acercaron y se convirtieron en amigos de Octo y Lola.
A partir de ese día, Octo y Lola no tuvieron que temerle a Canela. Después de un tiempo, incluso Canela confesó que reconsideraba sus actos y comenzaba a cambiar. Comenzó a unirse a los juegos de Octo y Lola, y se convirtió en una amiga confiable.
Al final, Octo se dio cuenta de que tener amigos era mucho mejor que estar solo. Ahora, siempre tenía amigos con los que jugar y pasar tiempo en el fondo del mar.
Y así fue cómo Octo, Lola, y los demás amigos del mar aprendieron que la amistad y el trabajo en equipo podían resolver los problemas más difíciles y hacer de ese lugar, un lugar más feliz y amigable para vivir.