el pulpo bromista

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el pulpo bromista
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el pulpo bromista. Érase una vez un pulpo muy bromista que vivía en el fondo del mar. Siempre estaba jugando trucos a sus amigos, los peces y los cangrejos. Pero lo que más le gustaba hacer era engañar a los turistas que venían a bucear y descubrir las maravillas del océano.

Un día, el pulpo tuvo una idea para crear la broma más divertida de su vida. Se disfrazó de roca y se quedó inmóvil en el fondo del mar, esperando a que alguien le tocara. Era perfecto, porque el color de su piel era el mismo que el de las rocas del mar, y sus tentáculos estaban escondidos bajo el disfraz.

De repente, apareció un grupo de turistas en el agua, y el pulpo no pudo resistirse a su oportunidad. Cuando uno de ellos se acercó a la roca disfrazada, el pulpo lo atrapó con sus tentáculos y empezó a moverlo de un lado a otro.

Los turistas quedaron horrorizados al ver que una roca se movía por sí sola y se desplazaba por el mar. Algunos comenzaron a gritar, mientras otros intentaban nadar lo más rápido posible para escapar. Pero el pulpo bromista seguía moviendo al turista de un lado a otro, haciendo que se sintiera como si estuviera en una montaña rusa.

Finalmente, el pulpo se cansó de la broma y dejó al turista libre para que regresara al barco. Los turistas contaron la aterradora experiencia que habían vivido en el mar, pero nadie creyó que una roca pudiera moverse por sí sola.

Sin embargo, los amigos del pulpo bromista no estaban contentos con su truco. Sabían que había ido demasiado lejos en su broma, y que había desatado el miedo en el corazón de los turistas. Se reunieron en un grupo para hablar con él.

«¿Por qué tienes que ser tan engañoso y asustar a la gente?», preguntó el cangrejo.

«Lo siento amiguitos, pero no puedo resistirme cuando se me ocurre una buena broma», dijo el pulpo bromista.

«Pero debes pensar en las consecuencias de tus actos», dijo el pez.

Entonces, el pulpo bromista se dio cuenta de que había lastimado a las personas que querían explorar y disfrutar del mar. Se disculpó sinceramente con sus amigos e hizo una promesa para no volver a jugar trucos peligrosos en el futuro.

Desde ese día en adelante, el pulpo bromista se convirtió en un amigo leal y honesto. A veces, todavía pensaba en trucos ingeniosos, pero siempre se detenía a pensar en las consecuencias de sus acciones. Sabía que con ello podía herir a alguien, y se esforzaba por jugar bromas que fueran divertidas e inofensivas.

Desde entonces, el pulpo bromista se convirtió en el más querido del mar, tanto por la fauna marina como por los turistas. Sabía cómo divertirse y hacer reír, pero lo hacía de manera responsable y cuidadosa.

Y así, el pulpo bromista aprendió una gran lección. Aprendió que no siempre se puede jugar con la gente, porque sin querer se pueden herir a los demás. También aprendió que siempre debía tener en cuenta el impacto que podía tener en las personas que lo rodeaban.

Al final, el pulpo bromista se convirtió en el campeón de las fiestas divertidas y la persona más querida en el mar. Y nunca más volvió a jugar una broma dañina en su vida.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
el pulpo bromista
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