La aventura de los pulpos en el arcoíris. Érase una vez, en el fondo del océano, un grupo de pulpos muy curiosos que soñaban con ver algo mágico y maravilloso. Un día, mientras jugaban, vieron a lo lejos un arcoíris que brillaba con todos los colores del mundo.
– ¡Oh, qué hermoso! – se emocionaron los pulpos.
Pero, ¿cómo podrían llegar al otro lado del océano para ver de cerca el arcoíris? Mientras pensaban, apareció una vieja tortuga sabia que les preguntó:
– ¿Por qué están tan emocionados, amigos pulpos?
– ¡Hemos visto un arcoíris! – contestaron los pulpos al unísono.
– Sí, es muy hermoso, pero es imposible llegar hasta allá – dijo la tortuga sabia.
– ¿Imposible? No existe tal palabra en nuestro diccionario – dijeron los pulpos muy seguros.
– Si se lo proponen con toda su fuerza, podrán lograr lo que sea – agregó la tortuga.
Así que, sin pensarlo dos veces, los pulpos emprendieron la aventura más emocionante de su vida. Nadaron sin parar, sorteando peligros y obstáculos, con la vista puesta en el arcoíris que se dibujaba cada vez más claro en el horizonte.
Después de muchos días de nado, los pulpos llegaron al otro extremo del océano, justo debajo del arcoíris. Pero, cuando intentaron subir por sus colores, alzando sus tentáculos, se dieron cuenta de que no podían tocarlo.
– ¿Cómo es posible? – se preguntaron los pulpos decepcionados.
– El arcoíris es una ilusión óptica, no pueden tocarlo – dijo la tortuga sabia que había llegado detrás de ellos.
– ¿Entonces para qué hemos venido hasta aquí? – preguntó uno de los pulpos.
– Para que vean lo maravilloso que puede ser el mundo si saben explorarlo. Y también, para que aprendan que las cosas más valiosas no siempre se encuentran al alcance de nuestra mano, sino que se veneran con los ojos y el corazón – explicó la tortuga sabia.
– Entonces ¿esto ha sido un viaje inútil? – preguntó otro pulpo.
– Por el contrario, ha sido una gran aventura, en la que han experimentado la fuerza del trabajo en equipo, la perseverancia y la curiosidad que lleva a descubrir cosas maravillosas. Ustedes ya pueden contar que han visto de cerca un arcoíris, que solo las criaturas más valientes se atreven a explorar – dijo la tortuga sabia.
De regreso a casa, los pulpos contaron a sus amigos y familiares todo lo que habían aprendido en su aventura. Y desde ese día, se convirtieron en los exploradores más valientes del océano, los que se atrevían a soñar y a buscar lo inimaginable.
Y así, esta pequeña aventura de los pulpos en el arcoíris se convirtió en una gran lección de vida para todos aquellos que aprendieron que las cosas más importantes no se ven con los ojos, sino con el corazón de aquellos que buscan ver más allá de las apariencias.
