Pulpi y el monstruo marino

Tiempo de lectura: 3 minutos

Pulpi y el monstruo marino
¿PREFIERES UN AUDIOCUENTO?

Si prefieres, puedes escuchar el cuento mientras haces otras tareas

Pulpi y el monstruo marino. Érase una vez, en el fondo del océano, vivía Pulpi, una pequeña medusa de colores brillantes y tentáculos suaves como algodón de azúcar. Pulpi nadaba feliz por el océano, explorando nuevas cuevas y escondites.

Un día, mientras Pulpi nadaba cerca de una cueva, oyó un ruido extraño. No era un sonido normal del océano: era un rugido profundo. La pequeña medusa se asustó y decidió investigar.

Cuando se acercó a la cueva, vio una sombra gigante moviéndose dentro de ella. Se acercó un poco más y oyó un suspiro profundo y entrecortado. Pulpi se asustó aún más y decidió dejar esa cueva.

Decidió nadar de regreso a su casa, pero estaba preocupada por lo que había visto en la cueva. ¿Qué era ese gran monstruo que vivía allí?

Pulpi no podía quitarse ese pensamiento de la cabeza, así que decidió pedirle ayuda a sus amigos del océano. Ella le contó a sus amigos sobre la sombra gigante y el ruido extraño en la cueva.

Sus amigos intentaron calmarla, pero estaban igual de asustados que Pulpi. Así que juntos, decidieron ir a investigar la cueva del monstruo marino.

Cuando llegaron a la cueva, escucharon el mismo rugido profundo que Pulpi había oído antes. Pero esta vez, en lugar de huir, decidieron acercarse un poco más y ver qué estaba sucediendo.

Cuando se acercaron, vieron una ballena herida y varada dentro de la cueva. La ballena había estado escuchando a Pulpi y a sus amigos nadar cerca de su cueva y había suplicado ayuda.

Sin pensarlo dos veces, Pulpi y sus amigos se acercaron a la ballena y la ayudaron a salir de la cueva. Trabajaron juntos, tirando y empujando hasta que por fin, la ballena estuvo libre.

La ballena les agradeció a todos por su ayuda y les dijo que había quedado atrapada en la cueva cuando la marea la había arrastrado tierra adentro. Sin los esfuerzos de los amigos, la ballena habría estado atrapada para siempre.

Pulpi y sus amigos se alegraron de haber ayudado a la ballena y se sintieron felices de haber superado su miedo al monstruo marino en la cueva. A partir de ese día, Pulpi y sus amigos sabían que, aunque algo pareciera aterrador al principio, siempre podían superar sus miedos y ayudar a aquellos que lo necesitaban.

Y así fue como su gran aventura ayudando a la ballena terminó. Pulpi se sintió muy feliz de haber ayudado a un ser tan grande y poderoso. Y de la mismísima boca de la ballena, todos nosotros podemos aprender mucho de la lección de Pulpi y sus amigos amigos del océano. Lo importante no es lo grande o lo pequeño que eres, sino cómo puedes ayudar a otros.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
Pulpi y el monstruo marino
¿Te ha gustado «Pulpi y el monstruo marino»?
¡Compártelo con tus amigos!
Facebook
Twitter
Pinterest
WhatsApp
Email
Imprimir