El Árbol de Navidad y el Secreto de los Regalos

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El Árbol de Navidad y el Secreto de los Regalos
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El Árbol de Navidad y el Secreto de los Regalos. Érase una vez un árbol de Navidad muy especial. Era el más grande y hermoso de todos en el pueblo. Cada noche, las luces que lo adornaban brillaban como estrellas en el cielo y llenaban de alegría las calles y las plazas cercanas. Pero lo que hacía a este árbol tan especial no eran sus luces ni su tamaño, sino el secreto que guardaba en su interior.

Un día antes de la Navidad, el árbol de Navidad notó que algo andaba mal. Los niños no se acercaban a él con tanta frecuencia como lo hacían en años anteriores. El espíritu de la Navidad parecía haberse desvanecido, y eso lo preocupaba. Entonces, decidió hacer algo para devolverle la alegría a los niños y, de esta forma, recuperar el espíritu de la Navidad.

Para ello, el árbol de Navidad convocó a los ayudantes de Papá Noel, los elfos mágicos. Juntos, planificaron un plan secreto para devolverle la alegría a los niños. Comenzaron a trabajar incansablemente, pero nadie sabía lo que hacían. Durante la noche, mientras todos dormían, los elfos trabajaban en secreto para hacer realidad la idea del árbol de Navidad.

Finalmente, llegó la mañana de Navidad. Los niños, al levantarse, corrieron emocionados hacia el árbol de Navidad para abrir los regalos que Papá Noel les había dejado en su base. Pero lo que encontraron allí no eran los regalos que esperaban. En su lugar, encontraron una nota escrita por el árbol de Navidad:

«Queridos niños, hoy descubrirán el secreto de los regalos. Siéntanse felices porque lo han encontrado. Los regalos que esperaban están en realidad aquí, en su corazón».

Al principio, los niños no entendieron lo que quería decir la nota. Pero, de repente, comenzaron a escuchar una voz. Era la voz del árbol de Navidad.

«Queridos niños – dijo la voz- , los regalos que esperaban están en realidad dentro de ustedes. Todo lo que necesitan hacer es escuchar su corazón y, entonces, encontrarán los regalos más especiales y valiosos de todos los tiempos».

Los niños estaban perplejos. Nunca antes habían visto un árbol de Navidad que hablara. Pero, más sorprendente aún, era el mensaje que les estaba dando.

De repente, el árbol de Navidad comenzó a brillar de manera especial. Cada rama, cada hoja, comenzó a iluminarse con un brillo de otra dimensión. Era como si el árbol de Navidad estuviera tratando de transmitirles algo.

«Les mostraré el camino», dijo la voz del árbol. «Cada uno de ustedes tiene un regalo muy especial aquí, en su corazón. Para encontrarlo, deben seguir sus sueños y sus pasiones. Deben buscar en su interior y encontrarse a sí mismos. Un nueva fuerza les impulsa hacia un futuro lleno de esperanza y alegría».

Los niños atendían atentos, conscientes de que estaban escuchando algo muy importante. Pero aún no estaban seguros de qué hacer.

Fue entonces cuando uno de los niños, el más pequeño de todos ellos, se levantó. Con una sonrisa, extendió los brazos hacia el árbol de Navidad y dijo:

«¡Gracias!».

De repente, todo comenzó a cambiar. Los regalos que se habían acumulado en la base del árbol comenzaron a desvanecerse y, en su lugar, aparecieron otros regalos más pequeños e individuales.

Cada uno de los niños encontró un regalo que resonaba con su corazón. Unos recibieron una pandereta, otros una pelota, otros un libro. Cada regalo era diferente, pero todos tenían algo en común: representaban la alegría y la felicidad que llevaban dentro de ellos.

El árbol de Navidad sonrió. Había logrado su objetivo. Había logrado hacer que los niños encontraran los regalos más valiosos de todos los tiempos: su propia felicidad.

Y así fue como el árbol de Navidad y los elfos mágicos crearon la magia de la Navidad. Una magia que no necesitaba de regalos caros ni de luces deslumbrantes. Una magia que se encontraba en lo más profundo de nuestros corazones.

Desde esa Navidad, el árbol de Navidad comenzó a ser más que un simple adornado decorativo. Se convirtió en el guardián de los secretos más preciados de la Navidad. El secreto de los regalos, el secreto del amor, el secreto de la luz. El secreto de la felicidad.

Esta historia es uno de los ejemplos más valiosos de que los verdaderos regalos no son aquellos que se encuentran debajo de un árbol de Navidad. El valor de cada ser humano es algo especial y no se puede medir en oro o plata, sino en el amor y la amistad. La Navidad es un momento mágico, especialmente cuando compartimos esta magia con otras personas. Grace Rubinstein una vez dijo, «La Navidad no es un momento ni una estación, es un estado mental. Valorar la paz y la buena voluntad entre los hombres, es ser grande».

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
El Árbol de Navidad y el Secreto de los Regalos
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