El barco de la muerte. Érase una vez un barco solitario, abandonado y olvidado en el más oscuro rincón del puerto. Era un barco grande, majestuoso y tan hermoso como en su primer día en el mar. Nadie sabía quién lo dejó atrás o cómo llegó allí. A todos los que se concernían con el puerto, simplemente les daba miedo el barco y lo evitaban a toda costa.
Los rumores decían que aquel barco era maldito. Muchas personas que lo habían visto afirmaban que el barco era maligno, que había saboteado a la tripulación en su último viaje y que se había producido una gran cantidad de muertes en sus travesías. La gente evitaba al barco como si fuera una plaga y se sentía incómoda al pasar por su lado. Todos consideraban al barco como el barco de la muerte.
Pero un día, un valiente marinero llamado Juan tomó la decisión de navegar en el barco de la muerte. Era un joven con mucho talento, que estaba dispuesto a poner a prueba el poder de la leyenda. Juan había escuchado las historias, pero estaba seguro de que eran ficción.
Juan subió a bordo, vestido con su traje de marinero, y encontró que el barco estaba en mal estado. Los marineros no se habían preocupado por las condiciones del barco, lo habían dejado ahí y lo habían abandonado para que recibiera su destino final. A pesar de que el barco estaba en malas condiciones, Juan sabía que no era suficiente para demostrar que él no tenía miedo.
A medida que el barco comenzó a alejarse del puerto, la tensión en el aire era alta. Juan sabía que pronto los miedos comenzarían a desaparecer y la gente aprendería a amar al barco de la muerte igual que él. Pero en cambio, algo muy extraño comenzó a suceder.
Juan comenzó a escuchar a las voces de los marineros. Las voces eran suaves, pero claramente humanas. Además, las puertas comenzaron a abrirse y cerrarse misteriosamente. La brisa cálida del mar, que solía ser oasis de tranquilidad para Juan, se tornó en un aire frío y melancólico.
La noche cayó, y Juan continuó navegando, lo que supone la respuesta a todos los secretos ocultos en la noche. De repente, los sonidos se detuvieron de golpe. Fue como si todo el mundo estuviera esperando un rayo de sol. La brisa se calmó, la marea se detuvo, y el barco dejó de moverse. Juan comenzó a pensar que quizá lo habían sorprendido lastimosamente los rumores y decidió volver inmediatamente al puerto.
Sin embargo, algo extraño comenzó a suceder. Los marineros, a quienes creía que eran sólidos, comenzaron a desvanecerse, como si estuvieran esfumándose. Los cuerpos, las ropas, las herramientas y todo lo que estaba en el barco comenzó a desaparecer. Fue como si el barco de la muerte se estuviera desvaneciendo a través del tiempo.
Y entonces, en lo que se sintió como un flash en miles de años, el barco de la muerte desapareció. Juan quedó solo en el mar, sin saber quién era, dónde estaba o cómo volver. Finalmente, después de años de vagar por el océano, el barco de la muerte se convirtió en una leyenda, y muchos creyeron que nunca había existido. Pero Juan todavía sabía lo que había sucedido, y sus últimos días los dedicó a registrar lo que había experimentado.
En las últimas páginas de su diario, Juan escribió: «Nunca crean en el último barco del muelle, porque puede ser el barco de la muerte». Cada vez que alguien leía sobre el barco de la muerte, se encomendaba para que nunca le pasara una historia similar.
Y así fue durante muchos años, hasta que un joven espectador decidió que no tenía que tener miedo y navegó con el barco de la muerte. La leyenda se mantendría viva y la gente seguiría temiendo el barco, pero el joven sabía que estaría bien. Y así fue. Pasó los años con el barco, navegando la inmensidad del mar, enfrentando grandes tormentas y disfrutando de gloriosos amaneceres.
Un día, el joven navegante comenzó a sentir una fuerte vibración y comprendió que el barco estaba desapareciendo. Se dirigió a la orilla con el corazón lleno de tristeza y miró hacia atrás para echar un último vistazo al barco de la muerte. Pero ya no había ningún rastro de él.
Mientras el joven marinero recordaba su aventura, comprendió que el barco de la muerte era algo mucho más que una leyenda. Nadie sabe lo que sucedió con el barco de la muerte, ni si tiene algo que ver con la inmortalidad, pero lo que si se sabe, es que cualquier persona que decida navegar con él, nunca volverá a ser la misma. El barco puede ser un peligro, pero por otro lado puedo convertirse en una experiencia que cambie la vida.