El bosque de las sombras de Halloween

Tiempo de lectura: 4 minutos

El bosque de las sombras de Halloween
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El bosque de las sombras de Halloween. Érase una vez, en un bosque muy tenebroso llamado el Bosque de las sombras, un grupo de animales que, a pesar del terror que les provocaba ese lugar, se animaron a explorarlo en la noche de Halloween.

– ¿Están seguros de que quieren hacer esto? -preguntó el conejo asustado.

– ¡Claro que sí! ¡No hay nada que temer! -dijo la ardilla intentando parecer valiente.

– P-Pero acabo de ver un par de ojos brillantes a lo lejos -indicó el ratón temblando.

– No sean cobardes, amigos. ¡Vamos a divertirnos un rato! -exclamó el murciélago.

Entre risas, los animales entraron en el Bosque de las sombras. Pero conforme avanzaban, la niebla se hizo más densa y pronto se perdieron en el oscuro paisaje.

– ¿Dónde estamos? -preguntó la ardilla.

– No lo sé, pero vayan por ahí -dijo el pájaro apuntando a una dirección al azar.

Se adentraron más y más, pasando por árboles retorcidos y arbustos de espinas punzantes, hasta que escucharon un sonido extraño a lo lejos.

– ¿Qué es eso? -preguntó el conejo asustado.

– No sé, pero suena como alguien que… ¡nos está persiguiendo! -gritó el ratón.

Corrieron lo más rápido posible, saltando ramas y troncos, pero el sonido no los dejaba en paz.

– ¡Es una risa! -dijo la ardilla.

– Estamos en la noche de Halloween, seguro es solo alguien intentando asustarnos -dijo el pájaro.

Finalmente, llegaron a un claro en el bosque y se dieron cuenta de que la risa venía de detrás de una gran arboleda de ramas secas y hojas que crujían al andar.

– ¿Y si nos escondemos? -sugirió el conejo.

– ¿Por qué tenemos que escondernos? -preguntó el murciélago volando sobre ellos.

Justo entonces, de detrás de la arboleda, apareció la Bruja del Bosque, una bruja verdosa y arrugada, con sombrero de paja y escoba vieja.

– ¡Feliz Halloween! -dijo la Bruja del Bosque con una risa burlona.

Los animales se asustaron tanto que retrocedieron y cayeron al suelo.

– ¡No teman, amigos! Soy la Bruja del Bosque, su anfitriona esta noche -dijo la bruja mientras hacía gestos con sus brazos.

– ¿Anfitriona? -preguntó el conejo.

– Por supuesto, ¡les tengo preparada una gran sorpresa! -dijo la bruja con una risa malvada.

De repente, una gran mesa apareció detrás de la arboleda, llena de dulces, bebidas y bocadillos.

– ¡Es como una fiesta de Halloween! -exclamó la ardilla emocionada.

Los animales se sentaron en la mesa y comenzaron a comer y beber, mientras la Bruja del Bosque les contaba historias espeluznantes y cantaba canciones macabras.

Toda la noche, los animales se divirtieron, riendo y bailando hasta que, de repente, la bruja hizo una señal para que se detuvieran.

– Ya es hora de irse -dijo la bruja.

– ¿Ya? -preguntó el pájaro triste.

– Si, pero no se preocupen, volveré el próximo Halloween con otra sorpresa -dijo la bruja con una sonrisa malvada.

Los animales se despidieron de la Bruja del Bosque y salieron del Bosque de las sombras, felices de haber vivido una de las mejores noches de sus vidas.

– ¿Y saben qué? -dijo el conejo.

– ¿Qué? -preguntó la ardilla.

– Ya no me da miedo ese bosque -dijo el conejo con una sonrisa.

– ¡Yo quiero volver! -dijo el ratón.

– Por cierto, ¿qué pasa con todo este… -dijo el murciélago mirando la enorme cantidad de dulces que llevaban.

– ¡Son nuestros tesoros! -exclamó la ardilla mientras comenzaban a repartirlos entre ellos.

Y así, los animales regresaron a sus hogares, rodeados de un aire festivo y con un corazón lleno de felicidad, después de haber sobrevivido a una noche en el Bosque de las sombras en Halloween.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
El bosque de las sombras de Halloween
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