El caballo que cambió de color

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El caballo que cambió de color
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El caballo que cambió de color. Era una vez un caballo llamado Pegaso que vivía en un bosque mágico. Todas las mañanas, Pegaso se despertaba en su prado verde y se preparaba para jugar con sus amigos las mariposas y los pájaros. Pero había algo especial en este caballo. No tenía un solo color en su pelaje, sino que cambiaba constantemente de color según su estado de ánimo. Era un espectáculo para ver, la gente se reunía en el bosque solo para ver cómo se transformaba.

Un día, una niña llamada Lucía llegó al bosque con su padre. Lucía tenía problemas para hablar y a menudo se sentía sola. Se alejó de su padre para explorar el bosque y se encontró con Pegaso, quien inmediatamente cambió de color a un tono azul. Lucía se acercó y acarició su pelaje suave, y Pegaso cambió a un tono rosa brillante. Lucía sonrió, se sentó sobre Pegaso y juntos exploraron el bosque.

A partir de ese día, Lucía visitaba a Pegaso todos los días después de la escuela. Pegaso se alegraba de verla y siempre cambiaba de color para mostrar su alegría. Lucía hablaba con él de sus problemas y él la escuchaba atentamente y cambiaba de color según el estado de ánimo de Lucía. Con el tiempo, Lucía comenzó a sentirse más segura de sí misma y más cómoda al hablar con las personas.

Un día, un cazador entró al bosque. Traía armas para cazar animales. Pegaso había oído hablar de él antes y sabía que no era amigo de la naturaleza. Cambió inmediatamente su color de pelaje a rojo y agitó su crin, advirtiendo a Lucía del peligro. Lucía, entristecida de tener que dejar a Pegaso, reunió a los animales del bosque para ponerse a salvo. Juntos, encontraron un lugar seguro donde esconderse.

Mientras tanto, Pegaso se había vuelto blanco para hacerse invisible. Cuando el cazador se acercó, no pudo ver el caballo y comenzó a disparar sus armas en todas direcciones. Pegaso se movía con rapidez y todos los balazos pasaron a su lado. Luego, cambió su pelaje a un tono azul claro y giró su cabeza, paralizando por completo al cazador con su mirada.

Lucía y los demás animales del bosque vieron todo desde su escondite, sorprendidos por la valentía de Pegaso. Mientras tanto, el cazador se arrepintió de haber venido al bosque en primer lugar y prometió no volver a hacerlo. Pegaso se desvaneció en la oscuridad del bosque, dejando a todos a salvo.

A partir de ese día, Pegaso tenía un nuevo amigo y protector. Lucía y Pegaso continuaron jugando juntos en el bosque, explorando la naturaleza y aprendiendo el uno del otro. Cuando el cazador regresó, nunca vio a Pegaso ni a Lucía, ya que Pegaso cambiaba de color para hacerse invisible o para asustarlo.

Pegaso se convirtió en un héroe para todos en el bosque. Su habilidad para cambiar de color según su estado de ánimo era admirado por todos, pero su valentía y coraje se convirtieron en leyenda. Cada vez que Lucía visitaba el bosque, se acercaba a Pegaso, lo acariciaba y lo abrazaba con fuerza, mientras él cambiaba de color para mostrar su amor y agradecimiento.

Con el tiempo, la magia del bosque desvaneció, y Pegaso se dio cuenta de que su pelaje no cambiaba de tono tan a menudo como antes. Pero él seguía siendo un caballo mágico y su coraje nunca desaparecería. Lucía también aprendió a hablar bien y a hacer nuevos amigos en la escuela, pero su amistad con Pegaso nunca se extinguió.

A veces, cuando Lucía visitaba a Pegaso, lo acompañaban sus amigos, y Pegaso los llevaba a dar paseos por el bosque. Descubrieron nuevos arroyos y prados, y vieron animales salvajes que antes no habían visto. La amistad de Lucía y Pegaso inspiró a todos a ser valientes y amables, a defender a los animales y la naturaleza.

De vez en cuando, Pegaso aún cambia de color, especialmente cuando llega una nueva persona al bosque. Pero su coraje y amor siempre permanecerán, recordando a todos que la amistad y el poder de la naturaleza son indestructibles, y que hay siempre esperanza en los momentos más oscuros.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
El caballo que cambió de color
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