El caballo y el mago de las nubes

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El caballo y el mago de las nubes
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El caballo y el mago de las nubes. Había una vez un caballo llamado Pegaso, que vivía en una pradera mágica. Pegaso era un hermoso caballo blanco con alas, que podía volar más alto que las nubes. Siempre estaba rodeado de mariposas, pajaritos y flores de colores.

Un día, Pegaso escuchó una voz en el horizonte. Era la voz del mago de las nubes, que le pedía ayuda para encontrar una estrella. La estrella había caído del cielo y se había perdido en la tierra, y sin esa estrella, el mago no podía hacer que las nubes llovieran.

Pegaso, sintiendo la emoción de la aventura, decidió ayudar al mago de las nubes. Él sabía que la estrella era muy importante y que la gente necesitaba la lluvia para sobrevivir. Trabajando juntos, Pegaso y el mago de las nubes empezaron su búsqueda.

El mago creó una nube mágica para que se sentaran encima, mientras Pegaso volaba alto en el cielo buscando la estrella perdida. Pasaron horas volando y buscando, pero no encontraron ningún rastro de la estrella. Pegaso y el mago estaban cansados y desanimados, pero sabían que tenían que continuar buscando.

De repente, escucharon una música dulce y hermosa que venía del bosque cercano. La música era tan hermosa que Pegaso y el mago sintieron que sus corazones se alegraban. Después de un momento, decidieron seguir la música y ver de dónde venía.

Cuando llegaron al bosque, encontraron a una amable hada que tocaba la música en su violín. La hada les preguntó por qué estaban tan tristes, y Pegaso y el mago le contaron acerca de la estrella perdida y su búsqueda infructuosa.

La hada sonrió con ternura y les dijo que ella sabía dónde estaba la estrella. Le explicó que la estrella se había caído en un lago, y que no había sido vista desde entonces. La hada les ofreció su ayuda para encontrar la estrella, y pronto estaban volando juntos sobre el lago.

Fue entonces cuando vieron algo brillante y hermoso debajo del agua. Era la estrella perdida. Pegaso y la hada trabajaron juntos para rescatar la estrella del fondo del lago y llevarla de vuelta al mago de las nubes.

Cuando llegaron de regreso al prado mágico, el mago de las nubes agradeció a Pegaso y a la hada por su ayuda. Sujetó la estrella en su varita mágica, y de repente, la nube sobre ellos se abrió y empezó a llover. Una lluvia suave y refrescante que hizo crecer las flores y llenó los arroyos.

Pegaso y la hada sonrieron al ver la magia de la lluvia, y se despidieron del mago de las nubes prometiendo volver a ayudarlo en cualquier momento que necesitara.

Desde entonces, Pegaso vivió su vida feliz y tranquilo, pero siempre estaba listo para ayudar a aquellos que necesitaban su ayuda.

El mago de las nubes nunca olvidaría a su valiente amigo y siempre estaría agradecido con él y con la hada que lo ayudaron.

Y así, la magia del prado y las nubes continuó, siempre presente y confiada en que la amistad y la ayuda siempre estaban disponibles para su defensa.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
El caballo y el mago de las nubes
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