El castillo encantado de Halloween

Tiempo de lectura: 5 minutos

El castillo encantado de Halloween
¿PREFIERES UN AUDIOCUENTO?

Si prefieres, puedes escuchar el cuento mientras haces otras tareas

El castillo encantado de Halloween. Érase una vez en un pequeño pueblo rodeado de bosques, montañas y lagos, que se encontraba al pie de un majestuoso castillo que parecía estar encantado. Años atrás, el castillo había sido hogar de un rey, una reina y su hija, la princesa Adelina. Pero un día, una bruja malvada lanzó un hechizo que transformó el castillo en una casa embrujada y maldita.

Desde entonces, nadie se había atrevido a entrar en el castillo encantado de Halloween, más aún cuando el sol se ponía y la luna llena brillaba en el cielo. La gente del pueblo contaba historias terroríficas sobre las cosas extrañas que ocurrían dentro del castillo, cosas como ruidos espeluznantes que salían de las paredes, sombras que se movían en las ventanas, y gritos que desafiaban cualquier lógica.

Pero una noche de Halloween, un grupo de niños decidió aventurarse en el castillo encantado. Una de esos niños era Luna, una chica valiente y curiosa que siempre había sentido curiosidad por el misterioso castillo. Luna era muy popular entre sus amigos, porque siempre estaba lista para aventuras, y esa noche no fue la excepción.

Los niños se asomaron por la gran puerta de hierro del castillo y se dieron cuenta de que estaba abierta de par en par. Con una mezcla de miedo y emoción, entraron en el castillo, el cual parecía tener vida propia. Al principio, solo se oyen pasos lejanos y un viento frío y aterrador, pero después un murciélago negro voló de una habitación y asustó a los niños.

Luna sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral, pero rápidamente decidió que tenía que encabezar la expedición y seguir adelante. Animó a sus amigos y empezaron a buscar un lugar seguro donde pasar la noche. Cavalier, el más valiente de todos, alzó una antorcha y se adentró por un pasillo oscuro.

Después de caminar por pasillos sombríos y escaleras empinadas, los niños encontraron una habitación donde parecía que alguien había estado viviendo. Había comida, ropa y libros. Allí, el grupo descubrió algo sorprendente: un pequeño laboratorio con un encantador libro de pociones, un libro mágico que estaba escrito en otro idioma.

Luna, que era muy inteligente y hábil, se dio cuenta de que la mayoría de las palabras estaban escritas en latín. El latín era su lengua favorita, por lo que empezó a leer el libro con mucho interés. Pudo entender algunas palabras como ‘curare’ que quedaba debajo de la imagen de una herida y ‘illecebra’ que estaba debajo de la imagen de algunas criaturas.

Tras leer el libro se metió en el bosque en busca de los ingredientes que se necesitaban para hacer una poción. Cavalier se presentó voluntario para acompañarla por si encontraban algún peligro, pero Luna prefirió ir ella sola. Buscó raíces, hierbas y flores mientras Cavalier le iluminaba el camino. Encontraron fogatas de teóricos y prácticos excursionistas que habían estado esa misma noche en el bosque.

Después de reunir todos los ingredientes necesarios, Luna decidió hacer la poción en el laboratorio que habían encontrado en el castillo encantado de Halloween. Pasó todo el día trabajando en la poción, hasta que finalmente la terminó. Siguió las instrucciones del libro de pociones y logró una poción para sanar heridas de todo tipo. Estaba emocionada por haber creado algo tan especial.

La noche volvió a caer, y los niños se prepararon para dormir. Cavalier fue el que durmió peor porque estaba asustado por la noche y por todos los espectros que acechaban en su imaginación. Pero Luna estaba tranquila, casí segura de que si algo pasaba en la noche ella tendría la solución perfecta para salvarlos.

En medio de la noche, todos los niños se despertaron asustados y preocupados. Había ruidos espeluznantes en el pasillo, y algo parecía moverse detrás de la pared. Luna decidió actuar, cogió el libro de pociones que había creado y se dirigió al pasillo.

Allí, vio una misteriosa criatura encadenada a la pared. Era un hombre muy molesto que estaba gritando, temblando y pidiendo ayuda. Luna sacó la poción que había hecho y la lanzó a la criatura. De repente, todo cambió. La criatura empezó a calmarse y poco a poco las cadenas se fueron desvaneciendo.

Después de liberar al hombre, los niños se dieron cuenta de que gracias a la poción de Luna habían salvado una vida. El hombre les agradeció profundamente, y les reveló que él era el verdadero dueño del castillo encantado. Había sido capturado por la malvada bruja hacía muchos años, pero gracias a Luna había recuperado su libertad.

Desde entonces, cada vez que llegaba Halloween, los niños pasaban la noche en el castillo encantado de Halloween, pero ya no tenían miedo. Sabían que en la oscuridad del castillo había una poción mágica que podía curar cualquier herida, y que gracias a Luna, estaban seguros en el castillo encantado.

FIN.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
El castillo encantado de Halloween
¿Te ha gustado «El castillo encantado de Halloween»?
¡Compártelo con tus amigos!
Facebook
Twitter
Pinterest
WhatsApp
Email
Imprimir