El cementerio encantado de Halloween. Érase una vez, en un pequeño pueblo, donde la gente se preparaba para una noche de Halloween. Las casas estaban decoradas con calabazas, esqueletos y telarañas, mientras que los niños llevaban sus mejores disfraces para salir a pedir dulces. Pero, a unos pocos kilómetros del pueblo, se encontraba un lugar al que la gente temía acercarse: el cementerio encantado.
Este cementerio era diferente a los demás. Se decía que los muertos no descansaban en paz, que sus almas aún vagaban por allí y que los monumentos funerarios estaban hechos de piedra mágica. A pesar de todo esto, un grupo de amigos decidió desafiar el miedo y visitar aquel lugar.
La noche era oscura y la niebla se arrastraba por el suelo. Los amigos caminaron hacia el cementerio y vieron las tumbas antiguas y las lápidas cubiertas de musgo. No se atrevían a hablar entre ellos, solo se escuchaban sus pasos inciertos. Todos temían a lo que pudieran encontrar allí.
De repente, escucharon ruidos extraños. Los árboles temblaron, los murciélagos volaron en círculos, y las estatuas comenzaron a moverse. Los amigos se asustaron tanto que intentaron correr fuera de allí, pero sus piernas se negaban a moverse. Algo extraño estaba sucediendo en aquel lugar.
De repente, escucharon una voz:
– «¿Qué hacen aquí?»
Los amigos miraron hacia todos lados, pero no vieron a nadie. De nuevo, escucharon la misma voz:
– «¿Por qué han venido a este lugar?»
Entonces, los amigos se dieron cuenta de que la voz venía del interior de una tumba. Rápidamente, se acercaron a ella y descubrieron que se trataba de una tumba muy antigua, con letras doradas grabadas en la tapa.
– «Somos amigos y solo queríamos ver cómo era este cementerio. No queríamos molestar a nadie, lo prometemos», dijo uno de los amigos.
Entonces, la tapa de la tumba se abrió y de ella salió una figura brillante. Esta figura era un esqueleto vestido con una capa y una corona de flores. Los amigos se asustaron al principio pero luego se dieron cuenta de que no parecía tener intenciones malvadas.
– «Mi nombre es Lila y soy la reina del cementerio encantado», dijo la figura.
Los amigos se quedaron sin palabras, era la primera vez que alguien les hablaba desde una tumba. Pero Lila parecía amable, así que continuó hablando.
– «Está bien que estén aquí, después de todo, estoy aburrida de estar sola todo el tiempo. Los que son valientes e intrépidos siempre serán bienvenidos aquí.»
Entonces, Lila invitó a los amigos a dar un paseo por el cementerio e incluso les explicó la historia detrás de algunas de las lápidas antiguas. También les mostró algunas plantas mágicas que crecían allí y les contó historias de algunas almas que nunca habían dejado el cementerio.
Los amigos se divirtieron tanto con Lila que prometieron volver a visitarla más tarde. Al final de la noche, Lila les concedió un regalo mágico que les ayudaría a viajar sin problemas a través del cementerio.
Los amigos estaban muy felices, habían encontrado un nuevo amigo y una nueva aventura para Halloween. Volvieron al pueblo, se quitaron los disfraces y contaron a los demás todo lo que habían vivido en el cementerio encantado.
A partir de entonces, los niños del pueblo comenzaron a visitar el cementerio con menos temor. Descubrieron que, a veces, las cosas más espeluznantes pueden ser las más emocionantes y divertidas, siempre y cuando mantengas la mente abierta y no dejes que el miedo te controle.
Así que, si eres lo suficientemente valiente para adentrarte en el cementerio encantado en Halloween, asegúrate de saludar a Lila y explorar cada rincón de este lugar mágico y misterioso. Quién sabe, puede que hagas un amigo de por vida y te lleves una experiencia inolvidable.
