El circo de los monstruos de Halloween. Érase una vez en un circo muy especial llamado «El circo de los monstruos de Halloween». Este era un lugar donde los seres más extraños y mágicos se reunían para hacer espectáculos terroríficos y divertidos.
En este circo había un pequeño monstruo llamado Puka, que era mitad murciélago y mitad insecto. A Puka le gustaba mucho pasar el tiempo en su apartamento en lo alto de una de las caravanas del circo, leyendo historias antiguas y haciendo experimentos con pócimas y hechizos.
Un día, mientras Puka estaba leyendo un libro de pociones, escuchó un ruido extraño en la caravana de enfrente. Se asomó por la ventana y vio a otro monstruo, una especie de planta gigante que se estaba marchitando. Puka decidió ayudarle y corrió hacia la carpa verde donde crecían las plantas del circo.
Allí, Puka encontró al dueño del circo, un señor llamado Tenebroso, que también era un monstruo. Puka explicó lo que había visto y el señor Tenebroso le dijo que conocía al monstruo de la planta. Su nombre era Planta Malabar y era una de las actrices más famosas del circo. Había enfermado porque se había dado un susto muy grande durante el espectáculo de terror del día anterior.
Puka no perdió tiempo y fue a ver a Planta Malabar para ayudarla. Descubrió que ella necesitaba una poción especial para recuperarse. Puka se ofreció a prepararla, ella le dio las instrucciones y Puka salió corriendo a buscar las hierbas necesarias.
Después de mucho trabajo y esfuerzo, Puka consiguió hacer la poción y se la llevó a Planta Malabar. Ella se la bebió y enseguida se sintió mucho mejor. Para agradecerle su ayuda, Planta Malabar invitó a Puka a ser parte de su espectáculo de la noche.
Puka nunca había actuado antes, pero estaba emocionado por la oportunidad. Cuando llegó el momento del espectáculo, Planta Malabar presentó a un nuevo miembro del circo, Puka el murciélago-insecto. La audiencia estaba asustada al principio, pero Puka comenzó a volar alrededor de la pista con un rayo de luz violeta que salía de sus alas.
La audiencia estaba completamente impresionada con la habilidad de Puka y su poción mágica. Desde ese día, Puka fue uno de los más queridos y populares en el circo de los monstruos de Halloween.
El circo recorría todos los pueblos y ciudades durante el mes de octubre y era muy esperado por niños y adultos por igual. Los monstruos que trabajaban allí eran peculiares, pero siempre se aseguraban de que todos los shows fueran divertidos y emocionantes.
Un día, durante el ensayo del espectáculo del circo, la actuación de uno de los actores fue mal y cayó desde una gran altura. El dueño del circo, el señor Tenebroso, estaba muy preocupado porque ninguno de los otros monstruos sabía actuar en su papel.
Puka escuchó la preocupación del señor Tenebroso y decidió que quería ayudarlo. El murciélago-insecto se ofreció para tomar el lugar del monstruo herido. A pesar de su miedo, Puka practicó durante horas para prepararse para el espectáculo.
El gran día llegó y había muchas personas en la carpa del circo. Puka estaba muy nervioso. El señor Tenebroso comenzó a presentar a Puka y el murciélago-insecto, pasó por detrás de la cortina roja y empezó a volar por la pista.
El público estaba entusiasmado y Puka se sintió seguro en el aire. Hizo algunas volteretas en el aire y aleteó sus pequeñas alas como nunca lo había hecho antes. Los niños y niñas estaban encantados mientras aplaudían y silbaban. El espectáculo fue un éxito y el circo continuó su recorrido por la ciudad.
Puka era un héroe en el circo de los monstruos de Halloween, su valentía y su corazón generoso se ganaron el respeto de todos los demás monstruos. A partir de entonces, Puka imitaba a todos los actores que actuaban en el espectáculo del circo y siempre estaba dispuesto a ayudar.
Finalmente, el circo llegó a su última parada en la ciudad de Halloween. La noche del espectáculo final, los monstruos decidieron hacer algo especial para Puka, que era su amigo querido. Decidieron hacer una estatua de él en la entrada del circo, de manera que siempre se recordara lo importante que era en el circo de los monstruos de Halloween.
Así que, durante muchos años, la estatua del pequeño Puka recordó a todos aquellos que entraron en el circo, cómo una pequeña criatura puede ser valiente, amable y generosa en un mundo lleno de monstruos.
