El conejo y el abuelo sabio

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El conejo y el abuelo sabio
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El conejo y el abuelo sabio. Érase una vez, en un bosque muy frondoso, vivía un conejo llamado Pancho. Pancho era ágil, curioso y siempre estaba en busca de aventuras. Vivía una vida tranquila junto a su familia de conejos, pero siempre sintió que algo le faltaba. Un día, mientras paseaba por el bosque, encontró a un anciano que vivía en una pequeña cabaña.

– Hola, abuelo sabio ¿cómo estás?- preguntó Pancho con una sonrisa.

– Hola, pequeño conejo, estoy bien gracias, ¿y tú? –respondió el anciano con una sonrisa amable.

Pancho le contó al abuelo sabio que sentía que algo le faltaba en su vida y que quería vivir grandes aventuras.

– Entiendo lo que sientes, mi querido Pancho. Yo también sentía lo mismo que tú cuando era joven -le dijo el anciano- pero aprendí que las aventuras no siempre son lo que te hacen feliz de verdad.

– ¿Qué quieres decir, abuelo sabio? –preguntó Pancho curioso.

– Te lo contaré, pero primero, quisiera que me ayudes a hacer unas tareas en la huerta. Te enseñaré cómo se siembra y se cuida una planta -dijo el anciano.

Pancho aceptó encantado de ayudar al anciano y aprender algo nuevo.

Durante los días siguientes, Pancho visitaba al abuelo sabio y aprendió mucho sobre cultivar plantas y cuidar el bosque. Sin embargo, a pesar de que disfrutaba aprendiendo cosas nuevas, seguía sintiéndose insatisfecho.

Una noche, mientras dormía, Pancho tuvo un sueño maravilloso. En él, veía a sí mismo junto al abuelo sabio, guiado por una luz brillante que brillaba en el camino que tomaban. Cuando llegaron a la cima de una colina, la luz se hizo más fuerte y se convirtió en una cascada de estrellas. Una de ellas se destacó de las demás y cayó suavemente en la pata del conejo.

Cuando despertó, Pancho sintió una energía distinta dentro de sí y supo que lo que el abuelo sabio le había dicho era cierto. Las aventuras no eran lo que le haría feliz, sino descubrir su propósito en la vida.

Corrió hacia la cabaña del abuelo sabio para contarle su sueño.

– Abuelo sabio, ¡tuve un sueño increíble! -exclamó Pancho- Vi una luz brillante y una estrella cayó sobre mi pata. ¿Qué significa?

El anciano sonrió y le dijo:

– Significa que has encontrado tu camino y que pronto, descubrirás tu propósito en la vida. Lo que tienes que hacer es confiar en ti mismo, seguir tu corazón y ser fiel a tus sueños.

Pancho se sintió inspirado y lleno de energía. Sabía que había encontrado su propósito y que se había convertido en un conejo sabio y confiado.

A partir de ese día, Pancho apreciaba cada momento de su día a día y sabía que lo que le hacía feliz era ayudar a los demás y cuidar del bosque.

Cuando se encontraba con otros animales del bosque, compartía sus consejos sobre el cultivo y los cuidados del bosque. También les hablaba de la importancia de vivir en armonía con la naturaleza.

Sin embargo, algo que Pancho notó era que muchos otros animales del bosque no entendían las cosas importantes que el abuelo sabio le había enseñado. Él se preocupaba por ellos y quería ayudarlos a entender, pero no sabía cómo hacerlo.

Entonces, un día, decidió que quería compartir sus conocimientos con otros animales del bosque. Abrió una pequeña escuela donde impartió clases sobre la importancia de cuidar el bosque. Las clases fueron un éxito y pronto otros animales del bosque comenzaron a entender cómo preservar y cuidar el bosque.

Pancho se sintió muy feliz y agradecido con el abuelo sabio por haberle enseñado todo lo que sabía. Sin él, nunca hubiera podido encontrar su propósito y ser un conejo sabio y confiado.

De ahora en adelante, Pancho tendría como misión enseñar a otros animales del bosque sobre la importancia del cuidado y preservación del bosque y de la naturaleza en general. Y así, gracias al abuelo sabio, descubriría su verdadero propósito en la vida.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
El conejo y el abuelo sabio
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