El cuento del tigre herido. Érase una vez un bosque rodeado de montañas donde vivían muchos animales. Entre ellos, destacaba un tigre, el más grande y valiente de todo el bosque. Era un animal respetado por todos, gracias a su gran fortaleza e inteligencia.
Sin embargo, una tarde, mientras cazaba, un grupo de cazadores le disparó y lo hirieron gravemente en una pata. El tigre tuvo que escapar hacia el interior del bosque, donde se refugió en una cueva. Estaba herido y sentía un gran dolor, no podía cazar ni moverse con normalidad.
Allí pasaron varios días, y aunque intentaba curarse, su herida no terminaba de sanar. El tigre se desesperaba, no sabía qué hacer, se sentía solo y vulnerable.
Pero un día, mientras intentaba cazar un pequeño animal que pasaba por allí, se encontró con una pequeña ardilla que parecía estar muy enferma. El tigre se acercó a ella y le preguntó qué le pasaba, y la ardilla le contó que se había caído desde muy alto y se había lastimado los huesos.
El tigre, aun con su propia herida, decidió ayudar a la pequeña ardilla, la tomó cuidadosamente con sus dientes y la llevó hasta su refugio en la cueva. Allí limpió sus heridas, le dio de comer y le ofreció un lugar seguro para descansar.
La ardilla se recuperó poco a poco, gracias a los cuidados del tigre, y cada día que pasaba, se volvía más fuerte y saludable. Al mismo tiempo, el tigre empezó a sentirse mejor, no solo porque se estaba curando, sino porque había encontrado una nueva amiga.
Los días pasaban y la amistad entre el tigre y la ardilla se fortalecía cada vez más. El tigre cuidaba de ella como si fuera su propia hermana, y la ardilla se sentía agradecida y feliz al estar al lado de su protector.
Un día, la ardilla se sintió lo suficientemente fuerte para partir y continuar con su vida en el bosque. Pero antes de irse, le pidió al tigre que le prometiera que siempre sería amable y protector con los demás, que ayudaría a los animales que lo necesitaran, como lo había hecho con ella.
A partir de ese día, el tigre se convirtió en el protector del bosque. Sabía que él era un animal fuerte y valiente, pero ahora también había descubierto que podía ser bueno y empático con los demás.
Cada vez que un animal necesitaba ayuda, el tigre se acercaba y hacía todo lo posible por ayudarlo. Y así, su fama en el bosque cambió, de ser un animal temido por algunos, a ser querido y respetado por todos.
La noticia de su cambio de actitud llegó a oídos de los cazadores que lo habían herido, quienes no podían creerlo. Decidieron ir en su búsqueda y, cuando lo encontraron, se dieron cuenta de que ahora el tigre era un animal más grande y poderoso gracias a su empatía y amabilidad.
Los cazadores decidieron que no podían lastimar a un animal tan noble y valiente, así que se alejaron sin hacerle daño.
Desde ese día, el tigre vivió feliz en el bosque, rodeado de amigos, admirado y respetado por todos los animales, y sobre todo, sabiendo que había aprendido una lección importante: que la empatía y la amabilidad son las claves para lograr una vida plena y feliz.
La historia del tigre herido y su amiga la ardilla se convirtió en leyenda en el bosque, y por mucho tiempo se contó a los animales más jóvenes, como ejemplo de lo que significa la verdadera amistad y la importancia de la empatía en la vida.
Y así, cada vez que alguien necesitaba ayuda, todos recordaban la historia del tigre herido y su amiga la ardilla, y se daban cuenta de que la amabilidad y la empatía eran siempre la mejor opción en cualquier situación.