El Dinosaurio y el Lago Esmeralda. Había una vez un hermoso dinosaurio llamado Jasper que vivía en un bosque frondoso en las montañas. Él era un Triceratops, y tenía una piel de color naranja brillante y cuernos curvos en la cabeza que parecían astas de ciervo. Pasaba sus días vagando por el bosque, explorando y comiendo las hojas y frutas que encontraba en el camino.
Un día, mientras exploraba cerca del bosque, Jasper llegó a las orillas de un lago profundo y tranquilo llamado Lago Esmeralda. Había oído hablar de este lago antes, pero nunca lo había visto en persona. Era un espectáculo impresionante. El agua del lago era tan clara como el cristal y el sol hacía que resplandeciera con un brillo de color verde esmeralda.
Jasper se dio cuenta de que se estaba quedando sin agua y buscó un lugar para beber. Al acercarse al agua, pudo ver su reflejo a través de la superficie del agua. Se miró en la reflejo y se sintió impresionado por su propia belleza.
Era un día cálido y soleado, y el lago parecía un lugar perfecto para refrescarse. Jasper decidió darse un baño. Con una gran sonrisa, saltó al agua y empezó a nadar en el lago, disfrutando de la fresca sensación del agua.
Sin embargo, mientras nadaba, Jasper notó que algo extraño estaba ocurriendo bajo el agua. Había algo grande y peligroso moviéndose debajo de él, algo que no podía ver. Jasper empezó a temblar de miedo. No sabía qué hacer.
De repente, una criatura emergió del agua. ¡Era un dragón de agua! La criatura tenía escamas plateadas y grandes brazos con garras peligrosas. Jasper se asustó aún más y pensó que iba a ser atacado.
Pero el dragón de agua no parecía interesado en lastimarlo. En cambio, se acercó a Jasper y le habló con suavidad. «No temas», dijo la criatura. «No voy a lastimarte. Soy Nirel, el dragón de agua. Me preocupa que bebas de este lago».
Jasper estaba desconcertado. ¿Por qué le preocupaba al dragón de agua que bebiera de este lago? ¿Acaso el agua estaba envenenada? Nirel pareció leer su mente. «No es el agua lo que está mal», dijo ella. «Es lo que hay debajo del agua».
Jasper se sorprendió al escuchar esto. ¿Qué podría haber debajo de la superficie del agua que pudiera ser peligroso? Nirel explicó que hace mucho tiempo, un grupo de monstruos acuáticos habían hecho su hogar en el fondo del lago, y desde entonces habían estado atacando a cualquier criatura que se acercara demasiado.
Jasper estaba preocupado. ¿Cómo podría estar seguro de que no sería atacado por los monstruos acuáticos? Nirel le ofreció una solución. «Puedo llevarte a través del lago», dijo ella. «Puedo ayudarte a pasar sin tener que preocuparte por las criaturas peligrosas que viven aquí».
Incapaz de resistirse a la oferta de ayuda, Jasper aceptó. Nirel lo llevó a sus espaldas y nadó con él a través del lago. Jasper se había sentido un poco nervioso al principio, pero pronto se relajó y disfrutó del paseo. El lago se volvió más y más profundo a medida que nadaban, y Jasper pudo ver la oscura profundidad del fondo debajo de ellos.
Pero no duraría mucho tiempo. Pronto, Nirel llegó al otro lado y depositó con seguridad a Jasper en la costa más allá del lago. Jasper estaba agradecido. Le agradeció a Nirel por su ayuda y le prometió que volvería a visitarla.
Desde entonces, Jasper visitó a menudo al lago e incluso se sumergía de vez en cuando para sentir el agua y ver si podía detectar algún indicio de los monstruos acuáticos que Nirel había mencionado. Pero nunca encontró nada de eso.
Un día, Jasper se sorprendió al encontrar una pequeña inscripción gravada en una piedra cerca del lago. La inscripción decía: «Un agradecimiento especial a Nirel, el dragón de agua, por ayudarme a superar mis miedos y llegar al otro lado del Lago Esmeralda».
Jasper se quebró. Era el agradecimiento que había escrito antes y ahora veía que Nirel lo había hecho plasmar la inscripción en una piedra para que nunca lo olvidara. La inscripción hizo que Jasper recordara su experiencia en el lago y se dio cuenta de que nunca olvidaría aquel día en el que había superado su miedo.
Desde entonces, Jasper visitaba a menudo al lago, y cada vez que paseaba por la orilla, siempre recordaba su experiencia en el lago y su amistad con Nirel, la protectora del lago Esmeralda.