El Dinosaurio y la Magia de la Amistad. Hace mucho, mucho tiempo, en un mundo lleno de dinosaurios, vivía un pequeño tiranosaurio Rex llamado Tito. Tito era listo, fuerte y valiente, pero tenía un pequeño problema: nadie quería ser su amigo.
Los otros dinosaurios se burlaban de él por ser más pequeño que los demás y por tener los brazos cortos. Tito se esforzaba por jugar con los otros dinosaurios, pero siempre terminaba solo y triste.
Un día, mientras caminaba por el bosque, Tito encontró una hermosa flor morada. La flor brillaba con una luz mágica y Tito decidió llevársela a casa. Al llegar a su cueva, Tito se dio cuenta de que la flor brillaba cada vez más fuerte a medida que se acercaba a su corazón.
Tito decidió poner la flor en el centro de su cueva y se acostó para dormir. Al despertar, Tito descubrió que la flor había crecido y que ahora era más grande que él.
De repente, la flor empezó a brillar tan fuerte que Tito tuvo que cerrar los ojos. Cuando los volvió a abrir, se encontró con una gran sorpresa: ¡la flor había desaparecido y en su lugar estaba un pequeño dinosaurio!
El dinosaurio era diferente a todos los demás que Tito había visto antes. Tenía la piel de color verde oscuro y una gran sonrisa en su rostro.
– ¡Hola! – Dijo el dinosaurio – Mi nombre es Ariel y soy un dinosaurio mágico.
– Hola, Ariel – Le respondió Tito – ¿Tú también eres un tiranosaurio Rex?
– No exactamente – Le dijo Ariel – Soy un dino-mago. Y te he elegido a ti, Tito, para que seas mi amigo.
Tito no podía creer lo que estaba sucediendo. Había pasado toda su vida buscando un amigo y ¡ahora había encontrado un amigo mágico!
Tito y Ariel pasaban todos los días juntos, jugando y explorando el bosque. Ariel le enseñaba trucos de magia y enfermedades divertidas, mientras que Tito lo hacía reír con sus caídas torpes y movimientos bizcos.
Un día, mientras jugaban en el bosque, Tito y Ariel pasaron junto a un grupo de dinosaurios que se burlaban de Tito y lo llamaban «el pequeño tonto». Tito estaba triste, pero Ariel le dijo:
– No te preocupes, Tito. Tú eres especial y no necesitas la aprobación de los demás.
Ariel agarró un palo y lo tocó con su varita mágica. De repente, el palo se transformó en un hermoso ramo de flores azules. Ariel le dio el ramo a Tito y le dijo:
– Estas flores son especiales, Tito. Son las flores de la amistad y simbolizan que siempre estaré aquí para apoyarte y hacerte la vida más feliz.
Tito se sintió emocionado y agradecido por su amigo mágico. Guardó las flores como un tesoro y siguió jugando con Ariel felizmente.
Desde ese día, todos los dinosaurios del bosque vieron lo bien que se llevaban Tito y Ariel y cómo se apoyaban mutuamente en todo lo que hacían.
Incluso los dinosaurios que antes se burlaban de Tito empezaron a felicitarlo y a tratarlo con respeto. Tito había encontrado la magia de la amistad con Ariel.
Y aunque Tito y Ariel vivían muchas aventuras y magia juntos, sabían que lo más importante era tener uno al otro como amigos y que la amistad era la magia más poderosa de todas.